martes, 10 de junio de 2008

La antigua villa portuguesa PÊRA


La Villa PÊRA, tiene una historia muy antigua si consideramos los primeros asentamientos humanos en el territorio que actualmente le pertenece. Precisamente, en esta zona es donde se han hallado los testimonios mas arcaicos de la presencia humana en el barlovento de la región del sur portugués llamada Algarve, las que antiguamente conformó el denominado Reino del Algarve, y concretamente en el territorio que hoy pertenece a la Comarca de Silves, siendo aquellos testimonios vestigios de ocupaciones humanas a nivel del litoral con cerca de trescientos mil años de antigüedad, por lo que son conocidas como las playas fósiles de PÊRA, todo esto situado arqueológicamente en el periodo de tiempo perteneciente al Paleolítico medio. Con el paso de los siglos, el hombre continuó marcarndo de manera indeleble su presencia en el territorio de la actual PÊRA, esta vez durante el periodo arqueológico situado en el Paleolítico superior, con lo que se pasó de la edad de la piedra astillada a la edad de la piedra pulida, dando así continuidad en el progreso de la civilización en aquellas tierras. Del periodo calcolítico, entre los III a IV milenios a.C., fue identificada una estación al aire libre cerca de PÊRA, en el sitio conocido como las arenas de Boavista (en castellano, Buenavista); de este mismo periodo, merece detacarse el conjunto de los llamados ídolos de PÊRA, datados del III milenio a.C. y compuestos por nueve magníficos amuletos o talismanes calcáreos hallados en el área de la freguesía de PÊRA, y recogidos por un habitante de la zona en la década de 1920. Dichos ídolos de PÊRA, han sido identificados como pequeños instrumentos rituales finamente pulidos en formas variadas que van desde cilindros a formas con marcas antropomórficas, desde 1933 los ídolos de calcáreo de PÊRA se mantuvieron guardados en el Museo Etnológico portgués, siendo recién en el año 2002, que el Museo Nacional de Arqueología de Portugal los recuperó destacando su notable e indiscutible importancia en la proto historia de la Península Ibérica, fecha desde la cual los exhiben como piezas arqueológicas únicas en la zona. Volviendo a la historia de esta región, podemos ver que entre los años 1800 y 1500 a.C., ya habitaban en el actual territorio de la Freguesía de PÊRA, grupos que formaban núcleos poblacionales, aunque reducidos y generalmente pobres, los mismos que se disputaban ardorosamente los escasos recursos naturales que habían en la zona, practicando una economía mixta basada en la extracción de alimentos provenientes de tierra y mar.

Fue entre los Siglos VIII y VII a.C., que se establecieron en la zona los Fenicios, quienes desarrollaron un rol fundamental en el progreso del comercio en la zona, para pasar a desenvolver una cultura propia, pero con influencias ciertamente orientales. PÊRA era en ese entonces territorio integrante de los dominios de los Conios o Cinetes, Turdetanos, Celtas y Tartésicos o (Tartessos), pueblos que realizaban entre sí un comercio pacífico. Fue en el territorio perteneciente a los Conios, que por intermedio del históricamente famoso General cartaginés Aníbal Barca, se fundó el Portus Hannibalis (entre los años 221 y 218 a.C.). Mas la presencia romana se afirmó a partir del año 218 a.C., y más drásticamente con la rendición de Gades (nombre en latín de la actual ciudad de Cádiz - España, llamada Cádiz en lengua fenicia) a Roma, lo que marcó definitivamente el fin del dominio cartaginés en la península, siendo que para el año 202 a.C., el Imperio Romano regía completamente dicho territorio. Se discute mucho sobre la influencia anterior a los romanos en la actual zona territorial que ocupa la Villa de PÊRA, pues se dice que los antecesores de los mismos (pueblos antiguos como los citados anteriormente, y principalmente los cartagineses) construyeron allí una fortaleza de la cual no hay vestigios. Es por ello mas aceptado, que fueron los romanos los primeros en establecerse en dicha región de manera histórica e indubitable, a través de la construcción a manera de una supuesta transformación de dicha primitiva fortaleza prerromana, en una base militar de ocupación romana, servida por un puerto marítimo que sería utilizado para el apoyo a las tropas terrestres, el cual se dice se ubicaba en la ribera de lo que actualmente conforma el territorio de la Villa de Armação de PÊRA (como vemos, ambos territorios han estado unidos desde hace muchos siglos, ello se debe a que esta última villa se dice fue fundada por nativos originario de la Villa de PÊRA), mas la existencia de una fortaleza anterior a la base romana de ocupación es algo que aún no ha podido ser comprobado científicamente, por lo que pocos historiadores de dicha localidad se aventuran a opinar que ambas localidades tienen un origen prerromano. Lo que es ampliamente aceptado, es que fueron colonos romanos quienes desarrollaron urbes en la zona, siendo los mismos cultores por excelencia de la vida en villas, amantes del campo y de la agricultura, quienes ante los tan bellos parajes propios de la región del Algarve, fueron proclives a realizar el cultivo de variadas especies de frutas y vegetales -uvas, olivo, etc., en general frutas que se desarrollan mejor en el clima mediterráneo, como por cierto lo es la PERA- y desarrollaron la agricultura de dichas frutas en la zona sur de la actual Portugal. Estos colonos romanos dejaron vestigios de su influencia en la actual PÊRA, donde se han encontrado fragmentos de mosaicos y tierra asentada, que presuponen la existencia de una antigua villa, sobre la que posteriormente se fundó PÊRA. Es así, que los principales historiadores y arqueologos de dicha zona de Europa están plenamente de acuerdo en que efectivamente fueron colonos romanos los que -como en muchas otras zonas de Europa, África y Asia- fomentaron los intercambios comerciales, la circulación de la moneda, la creación de los famosos acueductos, calles y puentes romanos. Es por ello, que algunos historiadores indican la existencia de vestigios de grandes construcciones romanas y conglomerados poblaciones romanos en PÊRA, lo que de comprobarse pasaría a constituir el primer núcleo poblacional de dicha villa, y asimismo se confirmaría que dicha villa tiene un origen romano. Luego de la conquista de la península por el emperador Augusto, hubo un periodo de total paz que propulsó el desarrollo de dicho territorio por cerca de doscientos años; no obstante ello, las revueltas iniciaron luego de dicho periodo de tranquilidad, las guerras civiles volvieron y se vieron acrecentadas por la caída del Imperio Romano de Occidente. Para el año 624 de nuestra era, los visigodos (pueblo de origen germánico de la rama occidental de la nación goda, de la que se dice tiene origen en una de las muchas tribus a las que los romanos llamaban bárbaras, y de la que se cree que probablemente deban su nombre y origen a la actual región sureña de Suecia: Götaland), dominaban todo ese territorio, para perderlo tras la invasión musulmana en el año 711.

Entre el fin de la posesión del Imperio Romano del territorio de PÊRA ,y los primeros siglos de la Edad Media (entre los Siglos V y XV d.C.), nada se habló de dicha población o de toponímicos parecidos en la zona. Fue con la invasión de los musulmanes al territorio de Algarve, que los mismos comenzaron a renombrar los lugares, localidades, sitios y ciudades que hallaban a su paso. Verbi gratia, es el nombre de la Villa algarveña de Alcantarilha (en castellano, Alcantarilla) que significa “puente pequeño”, y que posiblemente fue llamado así por los invasores islámicos por haber encontrado allí un pequeño puente construido por los antiguos colonizadores romanos de la zona, ya que el vocablo mozárabe para puente es al-qantarâ. Es posible que en la zona vecina de la actual PÊRA ya existiese a la llegada de los islámicos una fuente o sobretodo un pozo (ya que en el territorio de la actual Villa de PÊRA existen numerosos pozos que datan de la ocupación romana en la zona) construido por los colonos romanos, el cual en árabe se traduce como bi’ra. Con la posterior re-latinización de la zona (cuando se dio la reconquista de dicho territorio por el Rey Sancho I de Borgoña, quien lo recuperó para el credo cristiano católico), es posible que el término bi’ra musulmán, haya sido rebautizado por los nuevos habitantes cristianos católicos de la zona, con el vocablo latín Pira, que fonéticamente se parece en alto porcentaje al árabe bi’ra. Pira en latín, indica el fruto del peral, la PERA. Es así que probablemente se pudo originar la toponímia con la palabra Pira que luego sería traducida al portugués como PÊRA (idem en cuanto a significado en lengua castellana), y que serviría de base para la toponímia de dos localidades de dicha zona: la Villa de PÊRA y la Villa de Armação de PÊRA. PÊRA, en caso de que esta suposición de origen sea cierta, vendría a traducirse como “el sitio del pozo”, o quizás de modo distendido "el sitio de la fuente" (siendo el pozo a su vez una fuente), del cual se abastecía de agua la población que habitaba en dicha zona y que haría surgir la leyenda del "poço de PÊRA" (en castellano, pozo de PÊRA) que detallaré mas adelante, por lo que vemos que dicha toponímia entonces no vería explicada su origen en el fruto de la PERA en sí mismo. Sobre la vida medieval de la Villa de PÊRA no se sabe casi nada, tanto en la época del dominio morisco, como en tiempos de la reconquista cristiana de la península, siendo que a mediados del Siglo XII, dicha villa pasó a ser parte de la vecina freguesía de la Villa de Alcantarilla, hasta que pasó a conformar un territorio administrativo autónomo, como ya se ha mencionado, en el año 1683; por lo que hasta hoy es muy discutible la real antigüedad primitiva de la Villa, cuyos orígenes están ciertamente ligados a la pesca y a los armazones (en el sentido de instrumentos como de defensas) medievales de Pedra da Galé (en castellano, Piedra de Galé).

El primitivo pueblo de PÊRA, tuvo por ello una fundación en fecha incierta, la cual fue probablemente efectuada por pescadores de la vecina población de Alcantarilla, que a lo largo de la playa, en el sitio llamado Pedra da Galé (topónimo ligado al peñasco allí existente que tenía una forma de proa de una nave marina o galé), montaban armazones para la pesca del atún, herencia de una práctica de pesca ancestral. Allí comenzó a edificarse una pequeña aldea, en el sitio que era mas seguro y mas alejado de la mirada de los piratas, que constantemente asaltaban a los pueblos costeros, raptaban y violaban a las mujeres y vendían a los jóvenes y niños como esclavos. Así, con el paso del tiempo, aquella aldea formada por nativos alcantarilleros, se comenzó a llamar PÊRA, palabra que quizás pudo también tener un origen en una posible corrupción y contracción de la nomenclatura portuguesa Pedra da Galé, que tal ves pasó a contraerse y llamarse simplemente PÊRA (algunos filólogos afirman que es probable también que la toponímia PÊRA derive de una afirmación de la posible nomenclatura árabe de la zona, bi’ra). Es así que situar inclusive un siglo exacto de la existencia de dicha villa como un aglomerado poblacional es difícil, lo que se sabe con certeza es que para mediados del Siglo XVI ya existía la aldea con ese nombre: PÊRA. Ello se conoce fehacientemente, porque dicho nombre está referido en una carta geográfica antigua que refiere el territorio del Reino de Portugal y sus regiones limítrofes hallado en la antigua ciudad italiana de los canales, Venecia, y que data del año 1561. La ubicación geográfica de PÊRA se atribuye al famoso mapa de Fernando Álvaro Secco, cartógrafo y geógrafo del Siglo XVI. En dicho documento, aparece la entonces aldea de PÊRA como un punto de referencia, lo que habla de la importancia de aquella población, mas Secco ubica en su mapa incorrectamente a PÊRA en un lugar que no le corresponde, pues la sitúa en la margen derecha de la ribera en el lugar que ahora ocupa la Villa de Armação de PÊRA, así como ubica a la vecina Villa de Alcantarilla, en el lugar que le correspondía a la actual Villa de PÊRA; no obstante dicho error, aquel es el primer acercamiento cartográfico a esta villa, pues antes de ello no se han encontrado mapas que la ubiquen, a pesar que muchos suponen que Secco se basó en mapas mas antiguos para efectuar el suyo en el Siglo XVI. Cabe destacarse que algunos importantes personajes estuvieron ligados desde épocas antiguas a PÊRA, podemos citar a la familia Toscano (Pero -en castellano, Pedro- de Almeida Toscano, caballero hidalgo de la casa real), un descendiente suyo de similar nombre era propietario en PÊRA; al igual que la familia Cabral descendientes de Pero Anes Cabral, portero del Rey Alfonso III de Borgoña -apodado el reformador-, en 1271, quienes fueron Señores do Morgado das Relvas en la en ese entonces aldea PÊRA.

Lo que fortalece la idea de un origen basado en un pozo de agua "buena y mala", es la leyenda del antes referido y llamado “pozo de PÊRA”, mito que fue todo un marco referencial para los itinerarios realizados en Algarve a lo largo de varios siglos, de lo que tenemos como prueba la “Corografía del Reino de Algarve” publicado por Silva Lopes en el año 1841, quien para trazar el itinerario entre el distrito de Faro y el Cabo de San Vicente, indica un camino por donde después de la ciudad de Albuferia, pasando por la Orada y después del pozo de Pixorro, el viajante encontraría “a poca distancia un pozo de PÊRA con tanque; aquí hace un camino de tres ramos, a la izquierda para PÊRA da Armação, a la derecha para PÊRA y Alcantarilla, o el que tomas cuando la ribera da oportunidad”. Un testimonio contemporaneo al mapa de Secco, es una carta del año 1559 enviada por el capitán Pedro Da Silva, a la Reina de Portugal Catalina de Austria (1507-1578), en la que relata un desembarco de piratas turcos en el Vale de Olival (actual Villa de Armação de PÊRA), en el que saquearon la aldea de Canelas y avanzaron para hacer lo mismo en las aldeas de Alcantarillas y PÊRA, siendo sólo detenidos por la poblaciones de dichas aldeas, y los de Porches-o-Velho, Porches-o-Novo, Lagoa e Silves. Por aquel documento se sabe que a mediados del Siglo XVI, la ciudad de Alcantarilla tenía cerca de doscientos vecinos, PÊRA treinta y Canelas veintisiete. Constituyendo escasamente treinta familias, los pobladores de la antigua aldea de PÊRA ondeando su bandera y armados de valor salieron a defender a su pueblo y las aldeas vecinas, enfrentándose a los invasores turcos (calculados en cerca de un millar, y llegados en tres Galé). De ello se puede observar la vida difícil que tenían los habitantes de PÊRA y de las aldeas vecinas, siempre estando en guardia por el probable ataque de corsarios; el relato del capitán Da Silva es sobrecogedor cuando refiere que aquellos pobladores vivían perennemente con miedo, desesperados, por lo que apelaban a la Reina Catalina de Austria para que concediese la construcción de una fortaleza que los protegiera, inclusive para lograr el asentimiento de la reina, le enviaron a la misma con el Capitán Da Silva, un recado en el que ellos se comprometían a construir sus casas donde ella ordenara la construcción de una fortaleza. Fue así que se construyó la Fortaleza de Nuestra Señora de Rocha, cuya existencia data de las últimas décadas del Siglo XVI, logrando que los habitantes de PÊRA y de los pueblos aledaños se sintieron más seguros, lo que aumentó el número de pobladores que pasó en PÊRA a ser de treinta a ochenta familias. PÊRA era así una aldea que en un principio vivía tímidamente a la sombra de la aldea de Alcantarilla, que era más grande, no obstante nunca perdió su individualidad, sus diferencias e identidad propia, factores que a lo largo de los siglos generaron rivalidades con la sede de la feligresía mayor. A su vez, Henrique Fernandes Sarrão, en su libro “Historia del Reino de Algarve”, publicado en 1600, refiere que PÊRA es uno de los doce lugares de la ciudad de Silves; el mismo Fernandes indica en dicha publicación, que “…a un cuarto de legua (de Alcantarilla) para el sudoeste, está la costa del mar de Armação da Pedra da Galé, a lo largo de un pequeño río…”, además afirma “…los perenses (gentilicio para los nativos de PÊRA) de ochenta moradores tienen muchas higueras, tierras de pan y viñas, mas rentables que los armazones de pesca…”. Las armações de PÊRA, sólo obtuvieron una mayor relevancia en el Siglo XVII, cuando estuvieron a cargo de la familia Galego (en castellano, Gallego). Mas las actividades de pesca no le rendían a la población de PÊRA como para montar un negocio rentable además de su diaria subsistencia, por lo que se empezaron a dedicar a la agricultura. A lo largo de los Siglos XVI en adelante, los pitaras turcos eran una gran preocupación para las poblaciones costeras del sur del Algarve, dicha piratería proveniente de las regiones norteñas de África eran a menudo consideradas como turcas, cuando en realidad la gran mayoría eran de orígenes argelinos; no obstante ello, muchos de los corsarios que acosaban a los pueblos del sur de Portugal eran de origen europeo. Para las primeras décadas del Siglo XVII, las murallas de Alcantarilla, que fueron construidas en el año 1573, no servían ya de defensa frente a la costa, como afirmó el ingeniero Alexandre Massaii en su “Descripción del Reino de Algarve”, publicado en 1621, por lo que las poblaciones de dicha ciudad y de PÊRA se encontraban desprotegidas; es de tener en cuenta que Massaii disntigue claramente entre la Aldea de Alcantarilla y la de PÊRA, donde asevera que la población de esta última creció a lo largo de la llamada “Ensenada de PÊRA”, la que se configuraba como una vasta área desprotegida y por lo mismo, apetecible para los piratas. En el año 1641, un navío de corsarios turcos y beréberes, embistió la armação da Pedra da Galé, mas el mismo fue repelido por los barcos guarda costas dispuestos por la reina. Tanto PÊRA como Armação de PÊRA, estuvieron durante varios siglos bajo la dependencia administrativa de Alcantarilla; siendo que los orígenes de Armação de PÊRA, como su nombre lo indica, estuvieron relacionados con los armazones de atún de Pedra da Galé, pertenecientes a PÊRA. Con el paso de los años, la aldea PÊRA creció y se independizó de Alcantarilla en el año 1683, fecha a partir de la cual, comenzaron a “brotar” diversos poblados pequeños a su alrededor, los que tomaron diferentes nombres tales como: PÊRA de Baixo (diferenciándose de PÊRA de Cima), Armação de Baixo, PÊRA da Armação, Santo António da Pedra (da Galé) y Santo António de PÊRA. La aldea de PÊRA de Baixo no pasaba de ser una modesta estancia de pescadores, constituida por cabañas cubiertas por techos de juncos. Con referencia a Santo António de PÊRA, en el año 1841 Silva Lopes refirió “… una aldea y el fuerte arruinado de Santo António de PÊRA”. Sin embargo, algunos de estos subvillorios se desarrollaron en el tiempo, y en el año 1933, Armação de PÊRA fue disociada de Alcantarilla (tal como lo hizo PÊRA siglos antes, en 1683), y empezó a constituir una freguesía independiente, lo que no significó la muerte del toponímico PÊRA de Baixo, el mismo que fue recuperado por la población de Armação de PÊRA que habitaba en la parte baja de la villa, al sudoeste, para contraponerse a PÊRA de Cima, que correspondía a la parte antigua de la misma, llamada PÊRA, tal como se refiere en diversos mapas de la época. En los últimos veinticinco años del Siglo XVII, floreció en PÊRA la rica e influyente familia Galego de Lagos, de la cual sólo se sabe sobre sus orígenes que toponímicamente emigraron de Galicia – España. A los Galego perteneció un armazón de atún de PÊRA y el gobierno de la Fortaleza de San António de PÊRA, propietarios de la misma por haberla construido João Galego Cabeceiras, quien la edificó a su costa para la defensa de los asaltos moros en 1601. Su hijo, João Galego, Capitán y Gobernador de PÊRA también fue Señor de dicha Fortaleza en el año 1689. A ésta familia, también se debe la construcción de la Ermita de Santo António (actual ermita de Nossa Señora dos Aflitos), por lo que los Galego dominaron por su prestigio e influencia la vida de la Villa de PÊRA y de su fortaleza, desde mediados del Siglo XVII, siendo reparado el Fuerte de Santo António al año siguiente del terremoto que asoló Portugal en 1755, por influencia de esta familia. Por todo ello, durante mucho tiempo la dinastía de los Galego fueron gobernadores de PÊRA y de su Fortaleza, aunque también fueron conocidos como autoridades en Armação de PÊRA.

Como he mencionado, fue en el año 1683, durante el reinado de Pedro II de Portugal, apodado el pacífico (1648-1706), el territorio de PÊRA gracias a la acción del obispo de Algarve, José de Menezes, fue separada de la dependencia administrativa que tenía frente a la aldea de Alcantarilla, ello debido a que dicha última aldea era mas grande y contenía a una mayor cantidad de población. Así, PÊRA pasó a constituir una nueva freguesía o feligresía. PÊRA integraba un reducido número de nuevas freguesías que habían sido creadas a partir del año 1617, adquiriendo con la mencionada separación la tan ansiada independencia administrativa y autonomía política y pasó, conjuntamente con Alcantarilla, a ser parte del consejo de Albufeira, dejando de pertenecer al consejo de Silves. Los motivos que llevaron al citado obispo a efectuar y ejecutar dicho cambio, aún no han sido revelados fehacientemente, más se tiene la creencia tradicional, que fueron los propios habitantes de PÊRA los que por voluntad misma le pidieron al clérigo dicha desmembración, esto debido a sus deseos de autonomía así como por razones prácticas, ya que muchas veces en invierno cuando el frío arreciaba, se veían imposibilitados de acudir a efectuar el culto cristiano católico a la Iglesia parroquial de Alcantarilla, ya que a pesar de que existía un puente, el río se desbordaba lo que impedía totalmente el acceso a la mencionado templo. No obstante los motivos señalados, también se baraja la posibilidad algo evidente, que la familia Galego haya efectuado cierta presión para que el consejo de Silves perdiese peso en tanto la freguesía de PÊRA (en la cual tenían completo dominio e influencia económica y política) pasaría a integrar el consejo de Albufeira, donde los Galego comenzarían a ostentar un mayor poder dadas sus relaciones familiares. Los lazos familiares se extendían por los que ejercían el dominio sobre las fortalezas costeras, siendo un ejemplo de ello la unión entre las familias Galego y Soromenho, con intereses en las villas de PÊRA y Alcantarilla respectivamente. Creada la freguesía de PÊRA, se estableció que su santo patrono sería el Divino Espírito Santo, en función a la ermita de la aldea con la misma invocación, que pasó a funcionar como la iglesia parroquial. Recién en 1683 surgirían los primeros registros parroquiales de bautismos, matrimonio y defunciones ocurridos en la aldea, lo que dio paso además, al inicio de una nueva religiosa adminitrativa ya que los documentos anteriores eran parte de los registros de la aldea de Alcantarilla. El terremoto de 1755 causó grandes destrozos en PÊRA, no obstante, la peor parte la llevó PÊRA de Baixo (aldea mas cercana al mar y actual Armação de PÊRA), ya que el océano Atlántico ingresó tres kilómetros adentro de la costa, matando a ochenta personas y dejando únicamente una casa en pie. A partir de las ruinas de la ermita del Espíritu Santo, se construyó la Iglesia Matriz en el año 1805. Poco es sabido sobre la historia de PÊRA desde que pasó a formar parte del consejo de Albufeira, desde finales del Siglo XVII y a lo largo del XVIII. A pesar que PÊRA se separó de Alcantarilla y de Silves, siguió estando unida a ambas por lazos comerciales muy intensos, que empezaban a centrarse en la agricultura de higueras y cereales y la vinicultura, pasando los armações (en castellano, armazones) de pesca a ser un elemento cada vez menos popular entre los habitantes de la aldea. Los armações de PÊRA no duraron mucho, pese a que la llegada de João Galego a la gobernación de PÊRA supuestamente iba a proveer de una mayor seguridad a las poblaciones frente a los ataques de piratas, estos continuaron dándose, y ello se evidenciaba que existían vastas tierras cercanas a la ribera marítima que podían servir para la siembra, estas no eran utilizadas.

Para 1808, PÊRA continuaba siendo un villorrio no muy denso demográficamente hablando. Verbi gratia de ello, es que dicha aldea contribuyó con sólo siete caballos para el ejército portugués que combatía las fuerzas francesas de invasión de Napoleón Bonaparte. En el año 1836, luego de pasados 153 años de la creación de la freguesía de PÊRA, la misma se volvía a incorporar al consejo de Silves, y se unió nuevamente a Alcantarilla (dicha re-unión no fue pacífica y varios intelectuales de la época consideraban la misma como un error; Estácio Da Veiga opinó en dicho momento que era absurdo que las freguesías de PÊRA y Algoz pasaran a ser parte del consejo de Silves). Por Decreto del Ministerio del Reino de Portugal, fechado el 10 de Diciembre de 1867, las freguesías de PÊRA y Alcantarilla se incorporaban al consejo de Lagos, y la aldea de Porches pasaba a integrar el territorio parroquial de PÊRA; no obstante, al mes siguiente se dio un nuevo Decreto que revocaba el anterior y dejaba sin efecto la circunscripción realizada, aunque se mantenía a PÊRA dentro del consejo de Silves. Sin embargo, en 1875 dicha villa volvería a ser totalmente autónoma e independiente.

La aldea de PÊRA, fue nombrada Villa el 19 de Abril del 2001, y la misma se mantiene como una pequeña localidad situada a unos doce kilómetros de la ciudad de Silves, Comarca a la cual además pertenece, teniendo actualmente cerca de dos mil habitantes. Como hemos mencionado, hay versiones que dicen que originariamente su nombre era “PÊRA de Cima” (con idéntica traducción al castellano), nomenclatura que usaba el pueblo para distinguirse de la cercana población de Armação de PÊRA (en castellano, Armazón de PERA), que en aquellos tiempos también poseía un nombre distinto, llamándose PÊRA de Baixo (en castellano, PERA de Bajo), lugar donde vivían los pescadores que construían sus armazones de pesca usados en la costa mediterránea-atlántica. Por todo lo mencionado, podemos observar que la historia de la ahora Villa de PÊRA ha estado vinculada inseparablemente con los pueblos vecinos de Alcantarilla, pero sobretodo con la aldea de Armação de PÊRA, con la cual no sólo han compartido de cierta manera una toponímia muy similar, sino además lazos históricos sociales y de comercio. Actualmente, la Villa de PÊRA posee dos iglesias: la parroquial y la de San Francisco de PÊRA; destacando en la primera los azulejos, los retablos barrocos del altar mayor y las capillas laterales de la sacristía representativos de la talla dorada portuguesa. En la Iglesia de San Francisco, la misma que es la Iglesia matriz de PÊRA construida en el Siglo XVIII, destacan una talla dorada del Siglo XVIII, pinturas de la capilla mayor y las telas del afamado pintor Algarveño José Joaquim Rasquinho. En cuanto a la Villa en sí, podemos decir que su trazado urbano se caracteriza por contener callejuelas estrechas y callejones, lo que revela el origen tan antiguo de la localidad; en épocas mas recientes se construyeron algunos edificios que datan del Siglo XIX e inicios del XX, los que arquitectónicamente muestran un deseo de lograr una bella estética urbana, la que como resultado otorga a este pequeño y pintoresco villorrio del extremo sur de Portugal, una belleza única. Su paisaje es típico del litoral de Algarve, y el mismo se ve dominado por una faja costera baja y linear, cuya fisonomía tiene las características propias de toda población vecina de las costas mediterráneas asociada a su posición ad portas del Atlántico, todos estos han sido factores que han condicionado por siglos la ocupación de sus habitantes. Su clima es mediterráneo y subtropical. A su vez, la Villa de PÊRA se constituye actualmente por los siguientes lugares: Areias de PÊRA (en castellano Arenas de PERA), Arroteias, Arrancada, Benagaia, Centieiras, Fonte Negro, Lavega, Mesquita, Montes Raposos, Relvas, Rogel, São Lourenço do Palmeiral, Torrinha, Vale de Margem y Vales de PÊRA (Valles de PERA).

El blasón y la bandera de PÊRA fueron publicados en el Diario de la República Portuguesa por primera vez el 02 de Noviembre del 2002, constituyéndose por un escudo de plata donde figura un círculo con aureola roja que contiene una paloma del espíritu santo en plata, patrona de la freguesía, dos algarrobos de negro unidas por un ramo verde y un racimo de uvas púrpura rodeado de una hoja verde (lo que identifica las producciones tradicionales de la villa), junto con tiras ondeadas verdes y plateadas que simbolizan la costa marítima, una corona mural de plata con cuatro torres (lo que indica “villa”), y finalmente un listón blanco con la leyenda en negro con las palabras en mayúsculas: PÊRA – SILVES, imponiéndose así el nombre de la freguesía ya que existen otras localidades portuguesas con el mismo o similares topónimos.

Finalmente, puedo decir luego de esta extensa reseña histórica de la Villa PÊRA, que la misma debe su toponímia a dos posibles orígenes. Uno que deviene luego de un ejercicio lingüístico el mismo que indica que en el actual territorio de dicha villa, se encontraba un pozo, el mismo que cuando la región fue conquistada e invadida por los musulmanes, fue tomado como elemento referente para renombrar la zona, a la cual le otorgaron el nombre árabe de bi’ra (en castellano, pozo). Al ser reconquistado dicho territorio por los cristianos, los mismos también efectuaron un cambio de nombre de las zonas y localidades que habían sido dominadas por los islámicos, por lo que al oir que dicha zona era llamada bi’ra, les sonó fonéticamente muy parecido al vocablo en latín Pira, que indica PERA, fruto del árbol del peral, por lo que los cristianos que reconquistaron y rebautizaron dicho territorio, optaron por llamar Pira a aquel pedazo de tierra. Con la llegada del uso de la lengua lusitana a la zona, se tradujo literalmente el nombre de la misma del latín Pira, al portugués PÊRA, que en castellano significa PERA. La segunda teoría, indica que la nomenclatura PÊRA deviene del nombre de un territorio cercano a la ahora villa, el cual se llama Pedra da Galé, pues dicho terreno que es un peñasco, se dice es parecido a la proa de un barco (galé), por lo que PÊRA sería una contracción del nombre Pedra da Galé, en simplemente PÊRA, lo que de ser cierto eliminaría toda posible ligazón de dicha nomenclatura con la fruta PERA, en ese sentido no es la primera localidad en la que la toponímia PERA se ve ligada al vocablo petra o pedra, que en castellano indica piedra. Actualmente existe poco menos de doscientas personas que según la guía telefónica de Portugal, ostentan el apellido PÊRA y PERA, en ambas versiones. No podemos saber quienes de ellos mantienen una ligazón ancestral con la Villa PÊRA de la región de Algarve, así como tampoco podríamos comprobar fehacientemente que aquellos con apellido PÊRA o PERA y que además provienen de la región del Algarve, deriven su apellido de la toponímia antes mencionada, aunque ello sea altamente probable son sólo estimaciones, las cuales quizás únicamente se podrían corroborar, de realizar una exhaustiva investigación en los archivos eclesiásticos y civiles de la Villa PÊRA, y con ello poder evidenciar que existen algunas personas inscritas ahí que muestran dicho apellido. Quizás sólo en dicho caso, podriamos dar una respuesta al 99% segura que el apellido de aquellas personas o perenses (gentilicio de los nativos de PÊRA), fue tomado directamente de la toponímia de dicha Villa.

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