viernes, 9 de mayo de 2008

Recordando un aniversario de mis raíces


Siendo el día de hoy 09 de Mayo, no quería dejar pasar la ocasión para dejar constancia en la presente "entrada" (y blog de la familia PERA), del aniversario número ciento sesenta y cinco del natalicio de mi bisabuelo paterno y patriarca de la familia PERA en esta parte del mundo (Perú - Sudamérica).

Mi bisabuelo, Don ANTONIO PERA PICCONE, nació el 09 de Mayo de 1843 en el antiquísimo puerto de San Remo (en italiano Sanremo), Provincia de Imperia, Región de Liguria - en ese entonces Reino de Italia (actual República Italiana), siendo bautizado como todos sus antepasados y familiares, según el rito Católico Apostólico Romano, al día siguiente de su nacimiento -el 10 de Mayo-, en la nombrada así por la Ciudad del Vaticano Insigne Basílica Catedral de San Siro, por ser la parroquia mas antigua de dicho puerto, y sin duda una de las mas antiguas de la Región de la Liguria en general. Don Antonio, fue hijo legítimo del matrimonio conformado por Pietro Francesco PERA y Maria Giacinta Piccone, y tal como su padre (mi tatarabuelo), desde muy niño estuvo familiarizado con el trabajo ligado al mar, labor típica de todo puerto marítimo importante, como siempre lo ha sido San Remo, por lo que desde muy joven -siendo aún un adolescente- se hizo a la mar cumpliendo de ese modo con la tradición ancestral de la familia PERA de desempeñar labores marítimas de comercio, familia la cual cuenta en su haber más de siete generaciones de marinos mercantes y de guerra.

Su profesión y su vida entera la dedico al trabajo en el mar en diversas embarcaciones, y con ello, a los continuos y perennes viajes donde únicamente se ve "cielo y mar", azul versus azul, y de cuando en cuando un puerto, ya sea en las costas del Mar Mediterráneo (en puertos europeos, asiáticos o africanos), así como en los puertos del Mar Negro (principalmente en el antiguo y famoso puerto de Odessa -actual Ucrania-), para finalmente, con la amplia experiencia que sólo los muchos años en la labor marina pueden otorgar, pasar a dedicarse al comercio mayor de diversas mercaderías entre los múltiples puertos de los distintos continentes.

A través de años de trabajo arduo e infatigable como marino mercante, pudo finalmente adquirir un barco velero de cuatro mástiles al cual bautizó con el nombre de su ciudad natal, "San Remo", y pronto se alistó a conseguir una adecuada tripulación para el mismo (entre algunos de los integrantes de dicha tripulación, estuvieron los jóvenes hijos de algunas de las más ilustres familias sanremeses, como los Borea y los Drago). Con el velero "San Remo", Don Antonio PERA Piccone y su tripulación surcaron las amplias aguas de los mares Atlántico, Pacífico e Índico, las cálidas aguas del Mar Caribe y las gélidas aguas del sur de Sudamérica: el polo sur y las costas del continente Antártico. Cruzó innumerables veces el Mar Atlántico para llegar a las costas del Mar Pacífico por el Estrecho de Magallanes -anteriormente llamado Estrecho de Todos los Santos- (segundo pasaje interoceánico mas transitado superado sólo por Cabo de Hornos), allá por las últimas décadas del Siglo XIX -recordemos que el Canal de Panamá recién se inauguró el 15 de Agosto de 1914-, con lo que podemos confirmar con ello, su gran pericia y extensos conocimientos en la navegación en Mar abierto, y en territorios tan difíciles de surcar como lo constituye incluso hasta la actualidad a pesar de contar con instrumentos como el Sonar (medio de localización acústica importantísimo para la navegación), y con el uso de cartas de navegación en extremo precisas de dicha zona marítima.

El navegar y cruzar por el Estrecho de Magallanes -para utilizar al mismo como corredor o pasaje marítimo interoceánico que abrevie el tiempo de navegación entre las costas del Atlántico y del Pacífico- siempre ha sido un reto mayor, pues el mismo depara mas de un dolor de cabeza para las embarcaciones que lo atraviesen debido a los innumerables elementos que se deben sortear con pericia para superarlo con éxito. La navegación por dicha zona por tal, requiere de "maestros" de la navegación (y a fines del Siglo XIX, de expertos "viejos lobos de mar"), pues existen incontables peligros como vientos tempestuosos procedentes de la Antártida (conocidos como "turbonadas" por su gran velocidad y poca duración), chubascos, quebradas que requieren ser bordeadas con maniobras de agudos ángulos, granizo, y escasa visibilidad (producto de las llamadas "mangas de agua" que por momentos eclipsan por completo el horizonte y la costa continental e insular haciendo que éstas desaparezcan, lo que puede generar una total desorientación a los tripulantes y temerariamente al timonel de la embarcación). Por ello, el difícil e impredecible clima y el escaso margen de maniobrabilidad por la geografía de la zona, han sido factores que han contribuido y aún son los culpables de la zozobra de no pocas embarcaciones de todo calaje en dichas aguas; por algo dicho Estrecho contiene nombres como "Paso Tortuoso", "Isla Desolación", "Bahía Inútil" o "Puerto Misericordia". Según se refiere: "(...)La resolución y ánimo de un Capitán para ingresar y navegar el estrecho de Magallanes, se basará siempre y ante todo, en la práctica y conocimiento que tenga de la región misma, pues indudablemente sería una gran imprudencia arriesgarse a esa empresa desde la primera vez que se la acomete sin la asesoría y conocimientos del mar y de la zona apropiados (...)".
(Ref. http://www.shoa.cl/servicios/magallanes/02_region_occ_esp.htm)

Don Antonio PERA Piccone, demostró como Capitán de su velero "San Remo", que contaba con esa pericia única que dan los años dedicados al mar, para luego de tantas décadas como marino, de incontables viajes transoceánicos con innumerables idas y retornos, y de visitar puertos de Europa, Asia, África, Oceanía y las Américas, conocer precisamente en el segundo puerto mas importante del Pacífico colombiano, el Puerto de Tumaco -situado en la antigua Región del Cauca hoy departamento de Nariño, República de Colombia-, a la que a la postre se convertiría en su esposa, la tumaqueña Francisca Mariátegui Escrusería. Con ella se desposaría el 03 de Setiembre de 1883 en dicho mismo puerto (él contando con 40 años, y ella con 17), para iniciar de allí en adelante una vida marital en la que su vivienda fue su propio barco velero. Los hijos como era lógico vinieron con los años, hasta que finalmente el matrimonio de Don Antonio y Doña Francisca PERA con sus hijos, estableció su domicilio ya en tierra firme en la ciudad de Lima - Perú, a finales del Siglo XIX, en la ciudad capital del antiguo y mas importante virreynato de España. Muy pronto la familia PERA Mariátegui sufrió un duro golpe de la vida, de esos que devastan los sentimientos y el corazón, esto pues tras un parto se complicaría la salud de Doña Francisca Mariátegui de PERA, quien tuvo que hacer frente a los embates de una infección puerperal o post-parto. Doña Francisca (mi bisabuela), no soportó y decayó prontamente ante la infección, falleciendo tras el fallido parto el 07 de Agosto de 1899.

A partir de ahí la vida no sería nada fácil para Don Antonio y sus hijos e hijas, en el momento de la muerte de Doña Francisca, el mayor de sus hijos -Antonio Francisco-, contaba con quince años, y la menor -Luisa María- con dos. Así, mi bisabuelo tuvo que hacer frente a una nueva vida en la cual tenía que ser padre y madre para sus hijos (todos menores de edad), además de tener que trabajar para mantener a su familia, y todo ello encontrándose en un país muy lejano al suyo, y sin poder contar siquiera con la ayuda de sus familiares, pues los mismos radicaban en su tierra natal: San Remo - Italia. Los años pasaron, aquellos hijos crecieron y se hicieron hombres y mujeres de bien, algunos se casaron y otras adoptaron los hábitos. Don Antonio -en situación poco usual para la época- vivió muchos años (quizás como una recompensa que la vida le otorgó a la familia por la temprana pérdida de la madre), tantos que le permitieron conocer a sus primeros nietos y gozar de una apacible vejez rodeado de todos sus seres queridos.

Don Antonio PERA Piccone, el patriarca de la familia PERA en Sudamérica, moriría a las doce horas con veinte minutos de la tarde del 14 de Mayo de 1919, a los 76 años de edad recién cumplidos y veinte años después de la muerte de su esposa. Su muerte fue repentina según consta en su acta de defunción eclesiástica, siendo el motivo de la misma presumiblemente un derrame cerebral, aunque su partida de defunción civil consigna como motivo de la muerte una septicemia. Fue inhumado con entierro de primera clase en el primer cementerio civil de América, el Cementerio Museo Presbítero Matías Maestro (inaugurado un 31 de Mayo de 1808 por el Virrey español José Fernando de Abascal y Sousa, el cual fue diseñado por el pintor, músico, clérigo y escultor Matías Maestro Alegría, por lo que se le denominó de esa manera).

Don Antonio dejaba tras de sí una vida entera dedicada al mar, fue un marino de vieja estirpe, una persona que hasta el final rememoraba sus vivencias surcando los siete mares, visitó como marino mercante casi todas las costas del mundo, y los actos más importantes de su vida así lo reflejan: nació en Italia, se casó en Colombia y falleció en Perú. Además, dejó tras de sí una numerosa familia que lo respetaba, amaba y por sobre todo le guardaba devoción, no sólo por el hecho de llevar su misma sangre, sino principalmente porque dedicó por completo la segunda mitad de su vida (treinta y seis años) a cuidar de su familia, y a la muerte de su esposa, a cuidar exclusivamente de sus hijos. Pese a que era costumbre común en esa época que al enviudar el hombre éste rápidamente se volviese a casar, mas aún teniendo varios hijos pequeños por criar, mi bisabuelo nunca lo hizo; él no halló en el volverse a desposar la salida a sus problemas, sino la obtuvo en el trabajo infatigable y en el cuidado constante de todos sus hijos, y he ahí el por qué de la gran devoción y amor que los mismos le profesaban.

Hoy mi bisabuelo, Don Antonio PERA Piccone, cumpliría 165 años de nacido; y a través de esta pequeña semblanza he querido celebrar a mi manera dicho aniversario. A pesar de no haberlo conocido por la evidente distancia temporal que nos separa, siempre me he sentido muy próximo a él. El mismo no sólo me legó su apellido, PERA, sino me legó un invalorable bagaje de recuerdos, historias y características no únicamente físicas -que son las mas evidentes-, sino también y quizás las mas importantes, características espirituales, algunas de las cuales puedo reconocer fácilmente en mi o en mis parientes, otras no tanto pero no obstante ello, sé que las mismas se encuentran ahí, como sello indeleble en nuestro ADN.

¡Buon Compleanno bisnonno! Donde sea que estés, ¡Buon Compleanno!


2 comentarios:

Bruno Marco Gismondi Alcoreza dijo...

Estimado Mario.
Mi nombre es Bruno Marco Gismondi, te escribo mi ascendencia pues creo que somos parientes.
soy hijo de Costanzo Gismondi Morán, nieto de Luigi Gismondi Modena, bisnieto de Pietro Gismondi Piccone, tataranieto de Stefano Gismondi casado con Angela María Piccone. De Sanremo Italia.
Tengo entendido que en 1864 realizó la primera emigración Pietro, en el velero "Sanremo" de su tío, se también que su primo hermano Esteban Pera, cuyo hijo Cesar tenía un buque vela "La Astrea".
Estimado Mario, te pido que si estos datos son correctos los puedas confirmar, ya que en nuestra familia es casi un mito lo que sucedió con la primera migración, mi correo es marco_gismondi@yahoo.com o marco.gismondi@gmail.com
Me gustaría mucho establecer contacto contigo ya que estoy escribiendo un libro al respecto y tengo algunos detalles sueltos aparte que será apasionante.
Vivo actualmente en Bolivia.
Esperando impaciente tu pronta respuesta atte.
Bruno Marco Gismondi

Bruno Marco Gismondi Alcoreza dijo...

Estimado Mario.
Mi nombre es Bruno Marco Gismondi, te escribo mi ascendencia pues creo que somos parientes.
soy hijo de Costanzo Gismondi Morán, nieto de Luigi Gismondi Modena, bisnieto de Pietro Gismondi Piccone, tataranieto de Stefano Gismondi casado con Angela María Piccone. De Sanremo Italia.
Tengo entendido que en 1864 realizó la primera emigración Pietro, en el velero "Sanremo" de su tío, se también que su primo hermano Esteban Pera, cuyo hijo Cesar tenía un buque vela "La Astrea".
Estimado Mario, te pido que si estos datos son correctos los puedas confirmar, ya que en nuestra familia es casi un mito lo que sucedió con la primera migración, mi correo es marco_gismondi@yahoo.com o marco.gismondi@gmail.com
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Vivo actualmente en Bolivia.
Esperando impaciente tu pronta respuesta atte.
Bruno Marco Gismondi

 

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