Históricamente, la gran mayoría de los apellidos de origen europeo vio brotar sus primeras raíces, como he mencionado en la "entrada" anterior, a partir del Siglo XV de modo generalizado para toda la población europea, pues los de noble casta venían haciendo uso y trasmisión de los mismos legalmente desde el Siglo XI. No obstante ello, como también se ha indicado, no fueron pocos los apellidos que se originaron incluso antes de dichas centurias, siendo la utilización de éstos, como se ha expresado, una prerrogativa esencial de personas de gran linaje, noble cuna o en general de la nobleza. Algunos de estos apellidos o motes perduraron en el tiempo, otros lamentablemente no lo hicieron por múltiples causas; no obstante ello, es imposible el poder siquiera tentar una cifra de la cantidad de apellidos que han desaparecido con el transcurrir de los siglos.
Cuando hablamos de un origen arcaico de apellidos de raíz lingüística europea, nos estamos refiriendo de manera extendida a apellidos que derivan de diversas fuentes lingüísticas dentro de ese continente. Podemos encontrar apellidos de origen galo, frisón, bretón, gascón, escandinavo, germano, eslavo, celta y las tan importantes lenguas de origen itálico, entre ellas: el latín (pre-clásico, clásico y vulgar), las lenguas romance (occidental, oriental y el sardo). Dentro de toda esta gama de posibilidades de origen, en esta "entrada" nos vamos a referir directamente a los apellidos derivados del sistema romano de apellidación. Este sistema, denominado
Tria Nomine (tres nombres en latín), fue el que utilizaron los romanos de rancia casta para distinguirse entre los demás nobles, pero mas aún, de los simples mortales que habitaban dichas tierras. Básicamente, la
Tria Nomine consistía en un conjunto de tres nombres para poder identificar plenamente a un sujeto dentro del Imperio Romano. Este sistema fue creado para descomponerse en tres secciones:
a) Un
Prae-Nomen: éste era el nombre personal, propio o de pila del sujeto. Los
Prae-nomen se otorgaban a los neonatos romanos al noveno día de nacidos, y entre los mas utilizados por la aristocracia en Roma, tenemos los siguientes:
Marcus,
Titus,
Quintus,
Lucius,
Publius,
Gaius,
Decimus o
Gnaeus.
b) Un
Nomen o Nomen Gentilicium: éste era el nombre que indicaba la
Gens a la cual pertenecía el sujeto. Debemos indicar aquí que la Gens latina (
la antigua Roma se dice fue fundada por cien Gens), derivaba directamente del concepto de Gens griega, y tenía un significado mas profundo que los actuales lazos de familia; este era un lazo al mas puro estilo "clánico" (el término
Clan deriva del idioma gaélico irlandés
Clainne donde el
Kuning o Rey era el jefe de la organización al estilo tribal), y que derivaba de estructuras sociales protorománicas, pues deriva de una costumbre directa de la oligarquía mas noble del pueblo
Etrusco; y por ende, la totalidad de personas que descendían de un mismo tronco u origen sanguíneo, conformaban un mismo Clan o Gens, el mismo que tenía una importancia capital dentro de la sociedad Romana debido a que existía una concepción jurídica y religiosa que hacía que no se concibiera al individuo como sujeto de derecho, sino como miembro de una Gens. Es por ello, que por ejemplo los bienes patrimoniales no pertenecían a una persona en concreto sino a la Gens, la cual era liderada por el
Pater familias (en castellano, Padre de familia). El término Gens a su vez, está emparentado con el término latino
Genus, que indica estirpe o género; y en ambos casos derivan de la voz griega
Gené que significa origen. En castellano, la palabra Gens ha sido traducida como Gen, y de este término derivan palabras como genética, genealogía o génesis, todo lo cual refiere al origen de la persona. Entre las Gens Romanas mas famosas estuvieron: los
Iulii,
Aemilii,
Claudii,
Iunii,
Cornelii,
Sempronii,
Fabii,
Servilii,
Aurelii, etc. (el sufijo
-ii indicaba el plural del sufijo latino
-ius). Debo indicar aquí, que diez Gens componían a su vez una
Curia o
Fatria, y que diez de estas últimas, componían una
Civitas o ciudad.
c) Un
Cog-Nomen: éste era un sobrenombre o apodo relacionado con las características personales, físicas o espirituales que identificaban y diferenciaban al individuo entre las personas con mismo nombre de su propio clan, recordemos que los romanos no fueron ajenos a la costumbre socialmente generalizada en casi todas las culturas del mundo las cuales ostentan una estructura de poder y de gobierno patriarcal, de imponer al hijo varón igual o muy similar nombre que el del
Pater (en castellano, Padre) del vástago.
Verbi gratia del Sistema de la
Tria Nomine es el siguiente:
Lucius Furius Medullinus, según este sistema
Lucius es el nombre propio del sujeto,
Furius el nombre de su Gens, y
Medullinus la caracteristica personal para diferenciarlo de los demás sujetos con igual
Prea nomen y
Nomen en su Gens.
Junto a esta
Tria Nomine, algunos de los ciudadanos romanos de las mas altas esferas de la sociedad y política romana, los cuales pretendían aún una mayor diferenciación del resto de sus congéneres, añadían un cuarto término a su nombre, conocido este como
Agnomen (
Ag-Nomen), el cual era un elemento de identificación mas preciso aún que el
Cognomen, pero que tal cual este, también distinguía al sujeto en base a sus características personales.
Verbi gratia,
Lucius Pinarius Mamercinus Rufus, aquí el
Agnomen Rufus destacaba todavía más a éste sujeto dentro de la socio-política romana, y a través de su uso, la persona lograba el objetivo final del nombre: diferenciar y permitir ubicar perfectamente a un individuo, dentro de una ciudad de miles de habitantes. Se debe tener muy en cuenta por tal, que desde aquellas lejanas épocas el portar un nombre y apellidos extensos siempre han permitido al sujeto posicionarse (aunque sea sólo en cuanto al nombre) por encima de los demás de su clase, pues como se piensa, mientras mas largo y rimbombante es el nombre del sujeto, mas rango social supuestamente tiene éste.
Poco a poco la población de Roma se fue haciendo mas numerosa, por lo que como era de esperarse, fue cada vez más común que se diera la homonimia, lo que generaba mas que un grave problema (como lo es hasta la actualidad). Para evitar confusiones, la población romana empezó a utilizar mas asiduamente apodos, motes o sobrenombres, y estos con el pasar del tiempo, se volvieron hereditarios. Estos sobrenombres adquirieron con el tiempo la formalidad legal, y constituyó lo que se denominó el
Cognomen. Los
Cognomen evolucionaron así, a partir de apodos o sobrenombres para distinguir a las diversas ramas que podía tener una misma Gens. El
Cognomen solucionó entonces el grave problema que con el paso de los siglos se dio, por ejemplo en cuanto a los parentescos y homonimias entre miembros de una misma Gens. Un ejemplo de ello es la Gens Cornelius (
Cornelii), la cual se componía por diversas ramas entre las que destacaban la de los
Scipiones, de los
Sullae, los
Lentuli y los
Cinnae, todas estas ramas de los Cornelius se imputaban una relación de parentesco muy antigua, la cual podía remontarse a un ancestro en común que vivió varios siglos atrás. Los
Cognomen se utilizaron primero entre las Gens patricias muy numerosas en las que era necesario distinguir entre sus múltiples miembros y ramas, mas con el tiempo este uso se fue extendiendo cada vez más entre los ciudadanos romanos, hasta que en el siglo primero antes de
Cristo, casi todas las personas con vida pública en Roma, portaban un propio
Cognomen.
Con el paso de los siglos, la utilización de la
Tria Nomine se fue perdiendo, hasta que en el Siglo V d.C., este sistema fue simplificado y las familias tuvieron que elegir entre utilizar como único apellido entre el
Nomen o el
Cognomen (y de ser el caso, incluso el
Agnomen), siendo que en algunos casos prevaleció el primero, y en otros el segundo, para quedar fijo y ser legado de generación en generación como el apellido (según como lo concebimos actualmente) de la familia, como parece ser que ocurrió en el caso del
Cognomen PERA.
En atención a lo antes señalado, puedo indicar que el
Cognomen (en latín apellido) PERA puede encontrarse desde tiempos muy antiguos, más concretamente, el mismo se halla reseñado ya en el año 266 antes de Cristo, cuando
Decimus Iunius PERA fue nombrado
Cónsul del Imperio Romano para el ejercicio de dicho cargo por ese año. Posteriormente, en el año 230 a.C., otro insigne personaje de dicho linaje,
Marcus Iunius PERA (hermano del anterior), también fue nombrado para ejercer como Cónsul de Roma. Es así, que encontramos que en textos muy antiguos y de singular trascendencia, como el libro
Ab Urbe Condita Libri del historiador romano Titus Livius (59 a.C. - 17 a.C.), se hace mención expresa de este linaje en el Libro XXII - 14. "
Ceterum haec, ut in secundis rebus, segniter otioseque gesta; Romanos praeter insitam industriam animis fortuna etiam cunctari prohibebat. Nam nec consul ulli rei quae per eum agenda esset deerat, et dictator Marcus Iunius PERA, rebus diuinis perfectis latoque, ut solet, ad populum ut equum escendere liceret, praeter duas urbanas legiones quae principio anni a consulibus conscriptae fuerant et seruorum dilectum cohortesque ex agro Piceno et Gallico collectas, ad ultimum prope desperatae rei publicae auxilium—cum honesta utilibus cedunt—descendit edixitque qui capitalem fraudem ausi quique pecuniae iudicati in uinculis essent, qui eorum apud se milites fierent, eos noxa pecuniaque sese exsolui iussurum (...)".
Pero, ¿Quiénes eran estos famosos personajes de la historia política romana primeros portadores del
Cognomen (apellido) PERA en tan pretéritos tiempos? Ambos citados personajes,
Decimus Iunius PERA y
Marcus Iunius PERA, fueron hijos del no menos célebre aristócrata
Iunius Brutus PERA, quien además fue también Cónsul romano en el año 292 a.C. y descendiente directo de uno de los fundadores de la
República Romana.
Existe referencia expresa a esta noble familia romana, de antiguo linaje etrusco, en el
Diccionario de biografía y mitología griega y romana de William Smith (libro compendio del Siglo XIX que fue todo un clásico para la enseñanza escolar de la historia antigua de griegos y romanos en el Reino Unido y diversos países del mundo). En dicha obra monumental, pues cuenta con 3,700 páginas, se indica lo siguiente:
"
PERA, el nombre de una familia de la Gens Junia.
1.
Decimus Junius. D. F. D. N. PERA, fue un cónsul 266 a. C., con N. Fabius Pictor, y triunfó dos veces en ese año, la primera vez sobre los Sassinos (actuales habitantes del pueblo italiano de Sarsinia, Prov. de Forli-Cesena, Región de Emilia-Romagna, al norte de Italia), y la segunda vez sobre los Sallentini y Messapii (actuales habitantes de la Región de Puglia, al sur de Italia originarios ancestralmente de Iliria). El fue censor en 253 a.C., con L. Postumius Megellus (Fasti Capit.)
2.
Marcus Junius D. P. D. N. PERA, hermano del precedente, fue cónsul 230 a.C. con M. Aemiliua Barbula, censor 225 a.C. con Claudius Centho, y dictador 216 a.C. después de la fatal batalla de Cannae. Para crear soldados el armó no sólo a esclavos, sino también a criminales (Fasti Capit.; Liv. xxii. 57, 59, xxiii. 14.)".
(Ref.
http://www.ancientlibrary.com/smith-bio/2518.html).
La historia cuenta que a la muerte del padre de ambos personajes,
Iunius Brutus PERA, acaecida en el año 264 a.C., los hijos de este famoso y distinguido noble romano,
Decimus y
Marcus, decidieron rendirle un homenaje a la memoria de su fallecido padre, hallándo como mejor forma de lograrlo, el ofrecer un espectáculo que hasta aquel momento únicamente había sido visto por la mas añeja nobleza estrusca; ambos decidieron conmemorar la muerte de su padre retomando un viejo espectáculo estrusco conocido como la
Munera (
Munera refiere al término latín
Munus cuyo plural lo configura el término
Munera, que a su vez significa "ofrecido"). Ésta consistía en la lucha que debían llevar acabo en ese momento improvisados gladiadores (se afirma que aquellos primeros luchadores fueron esclavos), quienes debían morir con honor, luchando en combate cuerpo a cuerpo en la arena. Ese espectáculo es conocido como la primera
Munera de la historia del Imperio Romano y cimiento de lo que luego llegaría a ser en Roma "los juegos romanos", y para los cuales se edificó el famoso Coliseo Romano. Esta primera lucha fue efectuada en el
Forum Boarium (esta era una plaza de la antigua Roma, ubicada en el punto en el que confluían los caminos que atravesaban el valle de
río Tíber, y aquellos que conectaban
Etruria con
Campania, ambas zonas dominadas por los etruscos y los
griegos respectivamente; éste era el lugar en el que se producía el comercio de animales, además de fungir como espacio para las carreras de cuadrigas y para la cacería de bestias salvajes), con la participación de tres pares de gladiadores, con lo que
Decimus y
Marcus honraron la memoria de su padre con juegos funerales, tal como mandaba la costumbre etrusca del ritual de los sacrifícios humanos para honrar la muerte del ser querido.
En ese sentido, la
Munera llegó a tener con los años una alta significancia en el mundo romano, pues expresó los rituales de la clase aristocrática del mundo itálico; no sólo fueron las ceremonias religiosas, sino se convirtieron en una exhibición de poder y prestigio familiar, y muy pronto estas fueron inmensamente populares. Su número se incrementó muy rápidamente, también por razones políticas. Los ciudadanos ricos quienes esperaban conseguir el favor y los votos de los plebeyos, los cuales ostentaban votos decisivos para las carreras públicas de los diversos personajes, comenzaron ofreciendo juegos. En Roma la organización de los juegos fue confiada a los magistrados, llamados
curatores. La organización práctica (podríamos decir producción) de los espectáculos fue confiada a un redactor, quien contactaba al
lanista (el propietario de los colegios de gladiadores) y anunciaba el programa.
(Ref.
http://www.thecolosseum.net/games/munera.htm).
Es así que los primeros juegos de gladiadores, que luego tendrían tanto éxito en el mundo romano incluso llegando a tener capital importancia pues a través de ellos se celebraba y rendía homenaje los mas relevantes acontecimientos y aniversarios de la historia romana, fueron instaurados por los hermanos
Decimus y
Marcus Iunius PERA; fue la
familia PERA de la Gens Iunius la que por primera vez mostró a los ciudadanos de la antigua Roma, algo que había sido una antigua costumbre etrusca, rendirle homenaje a la memoria de sus muertos por medio de los juegos de gladiadores; los mismos que se hicieron tan populares con el paso del tiempo, que no había político romano que no los utilizara como medio para agradar a la masa, y acceder con ello a los diferentes cargos y estamentos de la política, sociedad y milicia romana. Si hay algo que todo el mundo reconoce de los antiguos romanos, es su predilección por los juegos festivos, la devoción del pueblo romano por estos juegos fue tal, que se construyó la edificación que por muchos siglos fue la epítome del Imperio, el
Coliseo Romano (construido como Anfiteatro Flavio, fundado en el año 80 d.C. por el
Emperador Tito para el entretenimiento de 50 mil personas, con 189 metros de largo por 156 de ancho, y de 48 metros de altura); cuna de la muerte de numerosos gladiadores y comunes mortales, pero también símbolo máximo de la diversión y el espíritu de los habitantes de Roma. Y la primera piedra, el cimiento primigenio que trajo los juegos al Imperio (luego de lo cual juegos y Roma serían términos inseparables), nació de la honra a la muerte de uno de los Cónsules del mas noble y puro linaje etrusco,
Iunius Brutus PERA. En su honor, sus hijos celebraron los primeros juegos, y desde allí en adelante, estos marcaron la historia del Imperio Romano:
¡Panem et circenses! (en castellano, ¡Pan y Circo!), fue la frase que resumió aquel espectáculo.
Referencia a todo lo precedente, se puede hallar en las siguientes páginas web:
http://www.susqu.edu/history/webprojects/spectacles/2007/stewart.htm
http://www.exn.ca/rome/gladiator.htm
http://www.bbc.co.uk/history/ancient/romans/gladiators_01.shtml
http://library.thinkquest.org/05aug/01963/gladiators.htm
http://library.thinkquest.org/05aug/01963/timeline_of_the_colosseum.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Cónsules_romanos_(PerÃodo_Republicano)
Iunius (Iunii), fue el
Nomen que diferenciaba a la
Gens Junius, la misma que fue una importante y muy antigua familia de
patricios, de rancio linaje etrusco, la cual se posicionó como una de las Gens más aristocráticas de la antigua Roma. La
Gens Iunius, tuvo muchos insignes miembros entre sus diversas ramas, pero los mas recordados son los descendientes de la rama Brutus (y no necesariamente por buenas razones). Es relevante mencionar, que según se reconoce, el
Cognomen o rama de los
Iunius más antiguo fue
Brutus (Bruto), siendo
Lucius Junius Brutus uno de los personajes lejendarios de aquella rama, el mismo que es considerado uno de los fundadores de la República Romana, y quien se hizo pasar por discapacitado mental (he ahí el por qué la utilización del término
brutus en latín para designar a las personas con escasa capacidad mental) para poder conspirar mas fácilmente contra el último Rey de Roma, su primo
Lucius Tarquinius Superbus, teniendo éxito para luego de lo cual expulsó del territorio Romano, contando con la aprobación del pueblo, a toda la Familia Tarquinius (en el año 509 a.C.). Tiempo después, varios familiares de Lucius Junius Brutus planearon su derrocamiento, no obstante ello, la conspiración fracasó y él mismo dio la orden para que sus familiares traicioneros fueran ejecutados, la dura medida incluyó a sus dos hijos Titus y Tiberius. Un descendiente de Lucius Junius Brutus, aunque lejano, fue el fiel republicano
Marcus Junius Brutus (mas conocido como simplemente Brutus), personaje que adquirió celebridad por ser uno de los asesinos del General
Gaius Iulius Caesar, quien pensaba reinstalar la monarquía en Roma.
(Ref.
http://209.85.165.104/search?q=cache:wv3eMXCLG6IJ:e-historia.es/historia/historia-de-roma-los-nombres-romanos-primera-parte+gens+junio+de+roma&hl=es&ct=clnk&cd=2&gl=pe).
La
Gens Iunius tuvo muchas ramas, todas estas familias fueron patricias y aristocráticas en Roma, las mismas dieron a ilustres e importantes personajes al Imperio a lo largo de su historia, sobre todo para la política y milicia romana. Entre las diversas ramas de la
Gens Iunius estuvieron las siguientes: Bubulci, Bruti, Gracchani, Norbani, Paciaeci, Penni,
PERA, Pulli y Silani.
http://www.ancientlibrary.com/smith-bio/1766.htmlComo he mencionado, la
familia PERA de la Gens Iunius (Junio), tuvo entre sus filas a tres insignes personajes de la política Romana, tales como
Iunius Brutus PERA (Cónsul en el año 292 a.C.), y sus hijos
Décimus Iunius PERA (Cónsul en el 266 a.C. y Censor en el año 253 a.C.) y
Marcus Iunius PERA (Cónsul en el 230 a.C., Censor en el año 225 a.C. y último Dictador Romano en el año 216 a.C.). Esta fue una familia perteneciente a la
Gens Iunius o Junio, la cual brindó a muchos importantes dirigentes en casi todas las ramas de la política romana. Como se ha indicado,
PERA viene a ser uno de los
Cognomen de los varios que utilizaron las diversas "ramas" de la
Gens Iunius. Es así, que podría decirse que bajo el
Clan o la Gens Iunius, los portadores de los diferentes
Cognomen (Bubulci, Bruti, Gracchani, Norbani, Paciaeci, Penni,
PERA, Pulli y Silani), a través de la utilización del
Nomen Iunius, se imputaban asimismos, el ser todos descendientes de un único tronco familiar o sanguíneo en tiempos antiguos, los
Iunius. Ello subsistió como se ha descrito, hasta el Siglo V d.C., pues a partir de dicha centuria
Nomen o
Cognomen se "fusionaron" (por medio de la supresión de alguno de los dos para que los sujetos pasen a portar, como es la costumbre hasta la actualidad, un sólo nombre propio o de pila y un apellido) para simplificar los nombres romanos, es muy probable que la
rama PERA de la Gens Iunius, optara por mantener el
Cognomen PERA y no el
Nomen Iunius, entre otras cosas quizás porque otra rama de la Gens ya había optado por utilizar como apellido el
Nomen Iunius, o porque tal ves encontrarían una mayor diferenciación o identificación mas rápida y específica a través del uso del
Cognomen PERA. Sin embargo, todas estas son únicamente suposiciones, pues el único hecho concreto es que la
rama PERA de la Gens Iunius, decidió en algún momento posterior al Siglo V d.C. utilizar en adelante como apellido de la familia únicamente el
Cognomen PERA. Y hasta la actualidad se mantiene así.
Cabe resaltarse, que sobre
Decimus Iunius PERA, se detalla en la obra
Fasti Triumphiales publicada en el año 12 a.C. se detalla una lista de todos los triunfos Romanos desde la formación misma de Roma hasta la caida de la misma durante el reino de Augustus, esta lista es preservada como parte de una larga inscrpción, los
Fasti Capitolini, la cual es hoy exhibida en el
Museo del Capitolio en Roma-Italia. En dicha obra, se reseña lo siguiente sobre las victorias militares de
Decimus Iunius PERA:
-266/5
D. Junius D.f. D.n. PERA, consul, over the Sassinates, 5 k.Oct. (26th September)
Se traduce: en el año 266 a.C.
Decimus Iunius PERA, Cónsul, sobre los Sarsinos -habitantes de un pueblo de la actual Umbria- el 26 de Setiembre.
-266/5
D. Junius D.f. D.n. PERA (II), consul, over the Sallentini and Messapii, non.Feb. (5th February)
Se traduce: en el año 266 a.C.
Decimus Iunius PERA (celebrando su II triunfo), Cónsul, sobre los Sallentinos y Messapii- habitantes de dos antiguas tribus de la actual Calabria- el 5 de Febrero. (Ref.
http://www.attalus.org/translate/fasti.html)
Decimus Iunius PERA, ostentó además el cargo de Censor Romano en el año 253 a.C.
Incidiendo mas en aquella pretérita
familia PERA, las mayores referencias que se pueden hallar, son respecto a
Marcus Iunius PERA. De él, se dice que fue un político y militar romano durante la
Segunda Guerra Púnica (ésta fue la mas famosa de las tres batallas o
Guerras Púnicas, que enfrentaron a las dos potencias que en aquella época -de la Declaración de guerra de Roma en 219 a.C., al 201 a.C., fecha en la que se acordaron los términos de rendición de Cártago- dominaban y luchaban por obtener la supremacía en el
Mar Mediterráneo y sus costas, Roma y
Cartago). Fue, tal como su hermano mayor
Decimus, Censor Romano en el año 225 a.C. Además, fue nombrado como el último dictador romano en 216 a.C,
rei garendae causa (así se denominaba a los Dictadores que llevaban los negocios del estado romano), con el propósito de repeler la invasión cartaginesa a Roma por las fuerzas del temido
Aníbal Barca, o conocido simplemente como Aníbal.
Marcus Iunius PERA, fue el único dictador que ocupó el cargo de forma simultánea con otro dictador, Marcus Fabius Buteo, que fue nombrado como tal más tarde en ese mismo año, para resolver ciertos temas constitucionales en Roma; esta excepción se tuvo que hacer después de la
Batalla de Cannae, para que Marcus Fabius Buteo, llenase las vacancias en el
Senado Romano, aunque
Marcus Junius PERA mantuvo el ejercicio de los deberes regulares del cargo de Dictador. No obstante, ante tal situación, M. Fabius Buteo se mostró débil y dimitió el mismo día de su nombramiento, aduciendo que en Roma no podían haber dos dictadores al mismo tiempo. Es de tener en cuenta, que además aquella fue la última ocasión en la que se nombró a un Dictador
rei gerundae causa, pues desde el año 202 a.C., la dictadura desapareció en Roma, siendo reemplazada por el
Senatus Consultum Ultimum, que se encontraba facultado en casos de emergencia, a autorizar a los dos cónsules mandantes a tomar cualquier acción necesaria para defender la integridad República romana. (Ref. Livy.
Ab Urbe Condita, XXII. lvii and XXIII.xxiii.)
Siendo uno de los Cónsules romanos
Marcus Iunius PERA, sucedió un hecho de singular relevancia, en el año 230 a.C. Roma envió a dos embajadores, Cayo y Lucio Coruncanio, a que parlamentaran con la
Reina Teuta (madre, tutora y regenta del rey de Dalmacia, el pequeño Pinéo que había sucedido a su padre tras la muerte de éste). Básicamente, los embajadores romanos llevaban ante la Reina Teuta los reclamos del Imperio Romano por la gran cantidad de piratería que hacían los corsarios iliricos en las costas del
Mar Adrático y de Grecia, y pretendían con ello lograr el cese de estos actos de pillaje. Ante ello, la Reina respondió a los embajadores que el
reino de Iliria no enviaba a sujetos a efectuar actos de piratería en las poblaciones romanas, pero que no era costumbre de los Reyes de Iliria prohibir a sus vasallos que salieran a piratear por la utilidad de lo mismo. Ante ello, el mas joven de los enviados romanos replicó a la Reina: "
Señora: entre nosotros, una de nuestras mas bellas costumbres es la de vengar en común los daños, que se hacen a los particulares; y haremos de modo, si Dios quiere, que reformeis en breve las costumbres de los Reyes de Iliria". Teuta, Reina soberbia y violenta, hizo inmediatamente perseguir y matar a los embajadores y a parte de su comitiva, puso en prisión a los restantes y su furor fue tal, que hizo quemar a los conductores de las embarcaciones romanas que los habían llevado hasta ahí. Ambos Cónsules Romanos, entre ellos
Marcus Iunius PERA, le declararon, apenas se enteraron de lo sucedido, la guerra en todos los sentidos a Teuta y a los ilirios, después de honrar la memoria de los embajadores difuntos. La misma Reina viéndose en tremendo lío y peligro, mando a decir a los Romanos que restituiría a todos los presos, y que los ilirios habían cometido dichos actos sin su consentimiento. Roma se contentó por el momento con ello, y sólo pidió que les enviasen a los autores del homicidio, suspendiendo la partida de sus tropas. No obstante, pasó cierto tiempo en el cual Teuta cambió de parecer, y no quiso entregar a los homicidas, haciendo que en el acto partieran sus tropas al sitio de Issa.
(Ref.
Francisco Xavier de Villanueva.
Historia antigua de los egipcios, de los asirios, de los babilonios, de los medos, y de los persas, de los macedonios, de los griegos, de los cartagineses y de los romanos. Madrid, 1759.)
Aquí cabe mencionarse lo que ofrecía en términos de poder político la calidad de Dictador, Cónsul y Censor a la persona que detentaba dichos cargos en Roma, como fue el caso de
Marcus Iunius PERA, y de
Decimus Iunius PERA en los dos últimos.
La dictadura era una magistratura militar que el Senado romano otorgaba excepcionalmente y ante situaciones de extrema necesidad a una determinada persona. El Dictador era así, el máximo jefe del ejército romano, y su poder se encontraba por encima de las funciones de los cónsules, y del propio Senado que lo había nombrado. Su mandato tenía una duración de seis meses.
El Consulado, era la mayor magistratura romana y la máxima aspiración por tal, de todo ciudadano romano. Los cónsules eran elegidos todos los años para un madato co-ejercido, pues se elegían a dos personas, estableciéndose que quien tuviese mayor cantidad de votos, ejercería como Cónsul
Senior, mientras que el siguiente ejercería como Cónsul
Junior; no obstante ello, a efectos reales y prácticos, se turnaban diariamente las funciones específicas de uno y otro estamento del cargo. Sus funciones podrían compararse en la actualidad, con las de un Jefe de Estado, pues presidían las sesiones del Senado romano, presentaban al mismo proyectos de ley y eran los jefes supremos del ejército. Mientras se mantuvo la República en Roma, el ejercicio del mandato de Cónsul se turnaba; mas luego de cumplido el mismo, y si así lo deseaba y conseguía el apoyo necesario, un ex-cónsul podía convertirse en pro-cónsul, cargo con el que se le adjudicaba una provincia romana para que la regentara por el espacio de un año prorrogable a otro mas por el propio Senado. Siendo ex-cónsul, únicamente se podía volver a presentar una candidatura diez años luego de transcurrido su mandato anterior; además, para presentarse como candidato, el sujeto debía contar con al menos 42 años cumplidos para el momento de la elección.
El Censor, era la magistratura ordinaria mayor la cual suponía en la Antigua Roma la culminación de una carrera política existosa llamada
Cursus Honorum. Llegar a ostentar dicho cargo político, otorgaba a quien lo poseyera la categoría de ser uno de los primeros o mas importantes hombres de todo el Imperio Romano. El Censor era el más alto magistrado, mas no tenía
imperium por lo que no podía llevar la escolta de los lictores. Para poder candidatear y ser Censor, el individuo debía necesariamente haber ostentado previamente el cargo de Cónsul romano, y únicamente aquellos personajes que tenían una enorme
Auctoritas (autoridad) y
Dignitas se atrevían a ser candidatos (la
Dignitas era una condición especial del sujeto, la cual la persona tenía cuando había mostrado una alta moral y ética a lo largo de toda su vida, por lo que se había "ganado" el derecho a ser tratado de modo especial; era un valor único que poseían muy pocos nobles romanos y que por tal, se defendía a ultranza, e incluso de ser necesario para preservar este título se lidiaba con el suicidio, con la aceptación de un exilio o la ejecución de la propia esposa e hijos). La eleción era de dos censores, quienes ejercerían un mandato por el lapso de tiempo de cinco años. Hasta el año 403 d.C., la magistratura censorial correspondió exclusivamente a los individuos patricios, pudiendo después de dicho año ser ejercida por
plebeyos o patricios indistintamente.
Referencia a todo lo precedente, se puede hallar en las siguientes páginas web:
http://ancientrome.ru/gosudar/consul.html
http://www.friesian.com/rome.htm
http://www.historialago.com/leg_01500_cursus_honorum_01.htm
http://enciclopedia.us.es/index.php/Censor_(Roma_Antigua)
http://es.wikipedia.org/wiki/Censor_romanoFinalmente, puedo decir que a través de este breve recuento y reseña de esta rama de la
Gens Iunius, la
Familia PERA, es que se puede tener un conocimiento certero y fehaciente que el término
PERA se ha utilizado como apellido (
Cognomen en la antigua Roma) incluso desde antes del año 230 a.C., y que como podemos apreciar, es un apellido que perdura en el tiempo. No desapareció con la simplificación de nombres hecha en el Imperio Romano en el Siglo V d.C., tampoco lo hizo con los múltiples cambios lingüísticos que sufrió a lo largo de su historia dicho Imperio, ni con el paso de los años y las generaciones, y es por ello, que podemos hallarlo tal como cualquier apellido de mas novel creación, entre personas de procedencia principalmente italiana y española. El
Cognomen PERA se encuentra hoy mas vivo que nunca, perdurando por mas de 2200 años, y tengo la plena certeza que si el célebre
Iunius Brutus PERA, y sus insignes hijos
Decimus y
Marcus Iunius PERA volviesen a la vida, estarían orgullosos que su
Cognomen, su rama y linaje dentro de la
Gens Iunius, aún sea portado como apellido por algunos cientos de personas en diferentes lugares del mundo.