Fuente: Wikipedia)
lunes, 5 de enero de 2009
Una historia muy antigua que habla sobre origenes arcaicos.
(Mapa de los principales asentamientos Sabinos -señalados en rojo- de la Italia Prerromana
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En la presente "entrada", abordaré una historia extra familiar relativa a los origenes del apellido PERA y su creación histórico-filológica-lingüística, llegada a mí a través de una persona que ostenta mi mismo apellido, pero con la cual no tengo hasta ahora, una comprobada parentela, el Sr. Gino PERA , natural de la ciudad de Pescina en Abruzzo-Italia.
Esta es una historia familiar que se ha transmitido por varias generaciones en la familia del mencionado personaje, la misma refiere que el apellido PERA tiene un origen muy antiguo, procedente presumiblemente de la nación Sabina, la que en junto con los pueblos etrusco, ecuo, hérnico, samnita, ligur y latino habitaron el territorio que posteriormente conformaría el Imperio Romano. El origen y la historia de este antiguo pueblo, no son factibles de determinación a ciencia cierta, puesto que dada la antiguedad del mismo, no existen registros escritos que nos hablen fehacientemente de ello; mas lo que se presume, es que al consolidarse la República Romana, los Sabinos se asimilaron prontamente a la nueva mega cultura, llegando a ser considerados legalmente como ciudadanos de Roma siglos después. Básicamente, los Sabinos eran un pueblo ganadero que habitaba las colinas cercanas a la llamada Cittá eterna en el antiguo Lacio. Este pueblo se ubicó al oeste de los Montes Apeninos, ocupando toda la ribera este del río Nera, y a ambos lados del río Velino, hasta llegar al famoso río Tíber y el río Aniene en el sur. Se cree que posiblemente los también antiguos pueblos marsis, marrucinos (marruquinos) y vestinos eran de origen Sabino, por lo que en la actualidad a este conjunto de pueblos se les denomina sabélicos.
El origen histórico de este arcaico pueblo es a su vez controvertido, personajes de renombre como Mestrio Plutarco (historiador griego) indica que los Sabinos procedían de Laconia en la Grecia antigua, cuya ciudad principal fue Esparta, siendo debido a esta conjetura, que el citado historiador denominaba a este pueblo como los lacedemonios. Asimismo, Dionisio de Halicarnaso (historiador griego de inicios de la era cristiana) refirió que la tribu Sabina constituía una rama del pueblo umbro, ya que hallaba entre ambas naciones muchas similitudes, sobre todo en el ámbito religioso-cultural, siendo la mas importante aquella que indica que las dos estirpes veneraban a una deidad común: Sancus. Otro tópico de semejanza básico era su lengua, donde ambas tribus compartían un origen lingüístico probablemente común, la lengua osca, a pesar que no se puede determinar fehacientemente la procedencia del mismo.
Sin embargo, quizás la voz de mas credibilidad respecto a este tema, es la del historiador romano Marcus Porcio Catón conocido como Catón el viejo, primer historiador en prosa latina y primer autor de una íntegra historia de Italia en idioma latín, quien refiere en su obra que el término Sabino deriva de la palabra Sabus, cuya definición refiere "hijo de Sancus" (nombre del dios principal de este pueblo), así como que el núcleo originario del pueblo Sabino, se encontraba cerca de una antigua ciudad italiana asentada en el actual Abruzzo, llamada Amiternum (referida en la Eneida, y ciudad natal del archifamoso Poncio Pilato), dicha ciudad vecina sería Testrina. Es luego del fin de las Guerras Samnitas, que los romanos conquistan la ciudad de Amiternum, en el año 293 a.C.; tiempo después, cuando la República Romana le concedió el llamado plenum ius civitates (derecho a la ciudadanía romana) al pueblo Sabino, se incluyó a la ciudad de Amiternum como Praefectura (prefectura romana), llegando después a ser elevada a la calidad de Municipium optimo iure (Municipio romano por derecho), siendo adscrita a la Tribu Quirina. Es importante señalar, que una característica fundamental del pueblo Sabino y su cultura, fue el desarrollar una importante cantidad de obras arquitectónicas (termas, acueductos, anfiteatros, esculturas y principalmente caminos), con la utilización de técnicas de edificación bastante avanzadas para su época, destacándose esencialmente por la construcción de una compleja red de caminos asfaltados (conocidas luego como calzadas romanas), la misma que los comunicaba con Roma y con prácticamente todas las ciudades (grandes y pequeñas) del territorio vecino. De la Amiternum partían así la Via Claudia Nova, y las famosas Via Aemilia, Via Flaminia, dos ramificaciones de la Via Salaria, llamada así porque era la calzada por la cual los sabinos transportaban la sal, elemento indispensable en casi todas las culturas, hacia el río Tiber, y la Via Salaria-Picena. Incluso algunos estudiosos de la era prerromana, indican que este sendero y el comercio de sal que se hacía posible gracias al mismo, estuvieron íntimamente ligados a la fundación de Roma, lo que se corrobora a través de la existencia actual de restos de algunas secciones de esta calzada.
Respecto a la tribu Sabina y sus costumbres poco es lo certeramente comprobado, los historiadores mas diversos, griegos y romanos les atribuyen diversas características, algunos creen que eran un pueblo en extremo religioso y culto (y que incluso su propio influjo religioso luego repercutió en las deidades romanas y el culto a las mismas), otros no obstante los sindican como un pueblo guerrero y sin educación aunque moralmente "puros" (como indica el célebre historiador romano Tito Livio en su obra "Historia de Roma desde su fundación"). Hay quienes incluso han dicho que la institución romana de la Tria Nomine (sistema de apellidación romano), halla su base en una vieja costumbre Sabina de otorgar a cada persona un nombre propio y un apellido, por lo que los Sabinos de ser cierta esta suposición, serían el primer pueblo europeo occidental en utilizar un sistema de denominación e identificación de los sujetos tal como lo conocemos en la actualidad, en el que se le impone a todo recién nacido, un nombre de pila y un apellido indicativo de la familia a la que pertenece.
La "leyenda del rapto de las sabinas" nos ofrece una perfecta muestra de la en alto grado estrecha relación que tuvieron los pueblos Sabino y romano, dicha leyenda expresa que para poblar Roma, los romanos debieron raptar mujeres de la tribu vecina, los Sabinos, mas cuando estos quisieron entrar en guerra con los romanos, las mujeres Sabinas raptadas les hicieron desistir, y finalmente todo se zanjó con un banquete de reconciliación, llegando a tal punto de unidad, que el Rey de Sabinia, Tito Tácio, y el Rey de Roma, Rómulo, a partir de dicho acontecimiento gobernaron como una diarquía en Roma hasta la muerte del primero. Romanos y Sabinos tenían muchas cosas en común, lo que generó una alianza que se hizo con el paso del tiempo indisoluble, y que se vio sellada con un comercio activo al encontrarse ambos pueblos interconectados por la ya citada Vía Salaria, la cual unía a Roma con la mas importante población Sabina instalada en la antigua ciudad de Reate, actualmente identificada como Rieti. Así vemos que desde la fundación de la ciudad capital del mas poderoso imperio que el mundo occidental a visto, el Imperio Romano, la tribu Sabina nombró a tres reyes que gobernarían alternándose con los etruscos la llamada Monarquía Romana, hasta que finalmente, el último Rey etrusco Tarquinio el Soberbio, fue depuesto por los romanos quienes instauraron así el periodo conocido como la República Romana.
Ya en tiempos de la República, los Sabinos continuaron teniendo problemas diversos con los latinos, respecto a la supremacía en el gobierno de Roma, incluso se ha descrito que en el año 504 a.C., uno de los clanes Sabinos mas importantes, dirigidos por Atta Clausus, emigraron a Roma descontentos por la política interna Sabina, y recibieron la ciudadanía romana con lo que formaron una de las dinastías mas importantes en la política romana, la gens Claudius. En el año 290 a. C., después de doscientos años en los que hay un vacío histórico referido al pueblo Sabino, éstos reaparecen en la escena romana, cuando al final de la tercera guerra samnita, el Cónsul romano Manio Curio Dentato conquistó las regiones Sabinas que aún permanecían autónomas respecto a la autoridad en Roma. Luego de dicha guerra, muchos prisioneros fueron vendidos como soldados, mientras a otros con mucha mas suerte les otorgaron la ciudadanía romana, pero sin derecho al sufragio. Aquellas ciudades Sabinas que habían permanecido independientes, fueron rápidamente subordinadas. Es recién en el año 268 a. C., que a dichos ciudadanos romanos de origen Sabino se les otorga el derecho de sufragio, con lo que fueron incluidos en la tribu sergia y pasaron a ser ciudadanos romanos plenos. Es así que progresivamente la tribu Sabina desapareció como pueblo autónomo, tal es así que cuando tuvo lugar la denominada Guerra Social (91-88 a.C.), la misma que fue un conflicto armado al estilo de una sublevación que tuvo lugar entre la República Romana y los pueblos italianos aliados de la misma, ello debido a la promulgación de la Lex Licinia Mucia por la que Roma decretó el retiro de la ciudadanía romana a todos sus aliados italianos que la hubieran obtenido de manera fraudulenta, y en la que participaron de esta revuelta los pueblos piceno, lucano, marso, samnita y apulio, a los que luego se les unirían los etruscos y umbros, declarándose todos estos como independientes de la República Romana, pasando a constituir una nueva República a la cual llamaron Italia, los Sabinos no actuaron. Se dice que para aquella época los Sabinos estaban a tal punto asimilados a los romanos, que no apoyaron en ningún sentido a los rebeldes, y se mantuvieron como aliados de los romanos incluso frente a las presiones por adoptar una posición contraria. Pese a la derrota final de los insurgentes, los mismos lograron su objetivo cuando tras constituir un propio Senado, se dictaron tres leyes que otorgarían la ciudadanía romana a los itálicos y que serían luego reconocidas como válidas por el Senado Romano, estas son: la Ley Julia, la Ley Plautia-Papiria y la Ley Pompeya. Finalmente, tras aquella muestra de respeto y unidad con Roma, el territorio Sabino pasó a ser incluido por el Emperador César Augusto (el mas importante de los emperadores romanos) en la cuarta región del territorio romano, después pasaría a ser parte de la Provincia de Valeria, y más tarde aquella provincia sería incorporada a la región de Picenum.
Luego de esta breve explicación sobre la cultura y nación Sabina y su posterior influjo tanto en la fundación de Roma como Monarquía, así como República, y la unión final con la misma, paso a indicar lo que refiere a la unión y origen del apellido PERA con los Sabinos. El Sr. Gino PERA indica que tras su investigación genealógica-filológica-histórica familiar, ha tenido como resultado que PERA es un apellido que históricamente debe su origen a los constructores Sabinos de calzadas romanas llamados Pietraioli. Los Pietraioli, eran aquellos trabajadores de la piedra que edificaron el intrincado sistema o red de caminos de la época prerromana, y con la posterior ascención al poder de Roma como ciudad preponderante en dicho territorio, la construcción de las mas famosas Vias romanas que comunicaban a la capital de la Monarquía-República-Imperio, con las demás ciudades y pueblos asentados en la península itálica. Debido a la gran maestría que habían demostrado los Sabinos en la construcción y empedrado de lo que ahora podríamos considerar "carreteras" (demostrada en la gran cantidad de obras que se podían apreciar en su territorio desde tiempos inmemoriables), es que los romanos ya en el poder vieron la importancia de dotar a su naciente imperio de una red viaria capaz de permitir a su ejército la conquista y dominación pronta de los territorios vecinos, ya que gracias a dicha red los mismos se podían movilizar en masa y con una rapidez nunca vista hasta entonces. Asimismo, estas calzadas de largos kilómetros, jugaron un rol fundamental en el aspecto económico y social, ya que el transporte de mercancías se agilizó inmediatamente, así como se permitió la difusión y expansión de la nueva cultura imperante, con la consecuente romanización de los territorios aledaños.
Cuando los romanos observaron la gran ineficacia de su sistema defensivo respecto de los ataques de las tribus bárbaras y en especial de los Galos, ello debido principalmente a la lentitud en el movimiento de su tropas por los antiguos caminos, vieron la necesidad de una mejor defensa, que les permitiese además hacer realidad su deseo de expansión y hegemonía sobre toda Italia. Estos fueron los motivos que en suma, convencieron a una República Romana todavía frágil y amenazada desde el exterior, para establecer una red de caminos que se adaptase a sus necesidades de sólidas vías empedradas y postas, que como venas de un cuerpo humano, le sirvieran a Roma para defenderse y expandir su poderío. Es así que vieron la prolijidad con la que el pueblo Sabino había construido sus principales calzadas (obras de infraestructura cívica y monumentos), las mismas que luego de asentadas eran "selladas" a través de un empedramiento, el cual era efectuado por expertos Sabinos de la construcción y talla en piedra. Como ya he mencionado, a aquellos maestros se les denominó pietraioli, que se podría traducir al español como trabajadores de la piedra o "pedreros".
Según cuenta la historia, debido a la gran importancia que cobró la construcción de estas extensas vías terrestres, que le permitían a Roma mantenerse y consolidarse como la potencia dominante en la zona por la agilidad que las mismas le daban a Roma en cuanto al traslado de los informantes (quienes facilitaban la comunicación y paso de la información) así como de las mercancías, los pietraioli adquirieron con el paso del tiempo una posición preponderante puesto que Roma dependía tanto de sus políticos y militares, como de sus "hacedores de caminos" para la consecución de sus fines y anhelos de dominación. Dicha situación acarreó que luego de un tiempo los gobernantes romanos vieren el poder que habían adquirido los Capi pietraioli (en castellano, jefes pedreros), por lo que no permitieron que se crearan grupos articulados de los mismos (al estilo actual de los sindicatos) y paulatinamente y tras acabar cada porción de camino asignada, reubicaban a los Capi pietraioli en funciones, y los dispersaban en nuevas obras lejanas unas de otras para zanjar con ello la posibilidad de que se reagrupen y consoliden mas aún su poder "sindicalista". Pese a ello, las autoridades romanas no pudieron evitar que tras años los jefes pedreros consolidaran su poder y sus relaciones, por lo que ante tal contexto, los gobernantes romanos se decidieron por llevar a cabo una persecución y ejecución draconiana de los principales capi pietraioli.
Como he indicado líneas arriba, los historiadores mas importantes que hablan sobre los pueblos prerromanos, indican que entre aquellas naciones los Sabinos se destacaban además de su religiosidad, por su cultura y "civilidad", siendo una muestra de aquello el uso de nombres propios y apellidos (en una estructura tal como la actual) para la identificación de sus miembros, así como por su prolijidad en el trabajo de caminos empedrados. Atendiendo a estas dos condiciones podemos observar que los romanos utilizaron a los Capi pietraioli Sabinos para la construcción de sus extensas redes viales. Siendo aquel el panorama, y ante el poder que los Capi pietraioli Sabinos llegaron a detentar por el desempeño de su trabajo y el principal objetivo del mismo, las autoridades romanas decidieron perseguirlos y eliminar con ello la amenaza que se cernía con los mismo sobre el Imperio. Debido a esto, aquellos Capi pietraioli Sabinos debieron huir de los lugares en los que se encontraban trabajando, para escapar de la muerte segura. Para ese momento, se presume que los mismos ya hacían uso de un sistema de nombres y apellidos, propio de su cultura, y distante del sistema de la Tria Nomine romana; no obstante, al ser perseguidos con sentencia de muerte sobre sí, no tuvieron mas salida que cambiarse de nombres y apellidos, para intentar con ello cambiar de identidad. Como la gran mayoría de estos Capi pietraioli perseguidos eran de origen Sabino, regresaron eventualmente a su región de origen, la Toscana, pero con al menos sus apellidos cambiados. Se dice que gran parte de estos jefes de la construcción de caminos romanos de piedra, tomaron por apellido la palabra latina Petrae derivada del material con el que trabajaban, la piedra. No obstante, con la persecución tuvieron que variar dicho término como apellido, y empezaron a utilizar un término griego parecido Petra que al pasar de los años, finalmente mutó a PERA, logrando así la confusión respecto al significado y real origen del apellido y de las familias y linajes que lo portaban, usualmente ligado por la generalidad de los individuos al fruto (y siendo un apellido de probable origen para alguien que poseía un huerto donde crecía el Peral, o para alguien que realizaba un comercio de dicho fruto), eliminando casi de hecho y prontamente, cualquier posible suspicacia respecto al antiguo oficio de la persona, Capo pietraioli o Jefe picapedrero.
En ese sentido, es que actualmente podemos observar que el apellido PERA se encuentra bastante diseminado, aunque en pequeñas cantidades de entre uno a cinco individuos en las distintas regiones de la actual Italia, con una predominancia media en las regiones de Lazio, Liguria, Sicilia, Lombardia y Piemonte, regiones todas a las cuales se presume que llegaron los Capi Pietraioli desde la supuesta "región matriz", Toscana, y su especial predominancia dentro de la Toscana en las ciudades de Pisa, Lucca, Livorno y Pistoia.
Esta es en suma, la historia que mi colombroño de apellido, el Sr. Gino PERA, me ha referido sobre lo que tras su investigación ha podido él hallar como una posibilidad de origen histórico del apellido PERA, como derivación de la palabra Petra o Pietra -derivación que ya ha sido sugerida por mí en entradas anteriores referidas a la posibilidad que el término PERA devenga de las palabras Piedra (castellano), Pedra (portugués), Pietra (italiano) o Petra (griego)-. En todo caso, esta es una posibilidad mas que alcanzo al lector para que el mismo, según el conocimiento histórico que posea sobre el posible origen de su familia apellidada PERA, pueda encontrar una vía de investigación posible. Como ya he mencionado en anteriores entradas, en cuanto al orígen de un apellido tan poco frencuente y tan peculiar como lo es PERA, no hay nada que sea 100% seguro. Queda entonces en el lector iniciar el tránsito de la búsqueda respecto al probable orígen de su apellido.
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