jueves, 29 de mayo de 2008

La histórica Villa CapdePERA


La segunda localidad española a la que hice alusión en la "entrada" anterior, es la antigua Villa CapdePERA. CapdePERA es una villa de la isla Balear de Mallorca, y se ubica dentro de la comarca de Llevant; su territorio muestra un relieve muy recortado por numerosas calas o ensenadas que albergan actualmente a reconocidos centros turísticos, tales como: Cala Ratjada, Cala Mesquida, Cañamel y Font de Sa Cala. Sin duda, quizás el lugar más emblemático de CapdePERA es su Castillo, situado en la cima del pueblo. La prehistoria de la Villa CapdePERA, se encuentra bien documentada, ello se debe a la existencia de cerca de cuarenta y un yacimientos arqueológicos cuya data ha sido ubicada entre los Siglos X a II a.C., dentro de los periodos pre talayótico y talayótico, tales como: "Sos Satres", "Son Barbassa", "Puig de S'Hort", el "Claper des Gegant", o "Son Favar" (Guerreros de "Son Favar"). A la llegada de los musulmanes, y al tomar éstos el poder en las islas Baleares, pusieron como nombre a la comarca de Llevant: Distrito de Yartán, el cual comprendía los territorios de Artà (dicho nombre deriva de la nomenclatura musulmana Yartán), Son Servera y CapdePERA.

El primer documento en el que aparece el nombre de CapdePERA aún de modo distendido como “Cap de la PERA” (en latín figuraba como Capus Petrae) es en el Llibre dels Feyts, que detallaremos mas adelante. Debo indicar aquí, que el vocablo Cap en catalán tiene múltiples significados según la materia a la que se le asocie; tenemos así, que Cap puede traducirse al castellano en referencia a la autoridad como Jefe, en referencia a la anatomía como Cabeza o en referencia a una zona de tierra como Cabo. A instancias que nos encontramos esclareciendo el posible origen del nombre de un territorio, obviamente es esta última traducción la que nos interesa, por ser la que se adecúa al objeto de estudio. Es por ello, que debemos tomar como correcta traducción del término catalán Cap, el término castellano Cabo (considerando además que el término latino Capus indica la misma traducción). Yendo ahora hacia el otro extremo del nombre, se debe considerar la traducción del término catalán PERA, como anteriormente se ha indicado en la "entrada" referida a la comarca de La PERA, en cuanto a que aquel es un vocablo catalán derivado del latín Petra, en castellano Piedra; debemos destacar en este punto, que hasta la actualidad existe en la Isla de Mallorca, en la Comarca Pla, el Municipio de Petra, que físicamente se encuentra muy próximo a la Villa de CapdePERA, por lo que se puede observar que en las islas Baleares es muy recurrente el observar que su toponímia (nomenclatura de sus localidades) se encuentra íntimamente vinculada a la conformación geológica de la zona, siendo el mismo un territorio pétreo o pedregoso por excelencia, he ahí el por qué tanta alusión a la piedra en los nombres de sus localidades.
Un detalle importante, deriva del apreciar que en el blasón o escudo de la Villa de CapdePERA, sólo se observa una roca empinada como saliente del mar, y tras de ella un castillo en alusión directa al castillo de CapdePERA. Ello evidentemente nos dirige a pensar, que mas allá de la nomenclatura PERA y su significancia normalmente utilizada sólo como fruto, los habitantes de dicha villa y en particular quienes formularon dicho blasón, tienen muy claro que el término PERA dentro del nombre completo de su Villa, está referido expresamente a la derivación del vocablo latino Petra, que derivó al catalán PERA, por lo que optaron por ubicar una saliente rocosa (piedra), y no una PERA (fruto). Caso distinto sucede con el blasón de la Comarca La PERA, pues en el mismo a pesar que el término PERA tampoco se debe a la fruta de dicho nombre, quienes formularon el escudo de dicha comarca aprobado en 1991, sí ubicaron dos peras (frutos) flanqueando un negro castillo. Quizás esto último se deba a que en la nomenclatura La PERA, la palabra PERA es un elemento casi único, lo que hace una alusión 100% directa al fruto, y ello es de mas fácil y evidente remembranza que el hacer todo el ejercicio mental de traducción del latín Petra al catalán o castellano PERA; mientras que en la nomenclatura CapdePERA, la palabra PERA aparece dentro de un nombre mas extenso y como un elemento no único sino en conjunto, por lo que da mayor pie a una explicación de la citada traducción.
Volviendo a la filología de CapdePERA, de la unión de ambas traducciones, podemos colegir entonces, que la traducción del nombre de la antigua Villa de CapdePERA tanto del catalán como del latín, hace referencia en castellano a Cabo de Piedra. Como he indicado, es en el libro conocido como “Llibre dels Feyts”, mas precisamente en la crónica que hace referencia a la rendición de los musulmanes en la isla de Menorca, en donde por primera vez se hace mención a la aún llamada ahí: Villa de Cap de la PERA. Haciendo una traducción histórica del primer nombre de esta villa, podemos observar que en un principio la nomenclatura de la misma se podía traducir al castellano como: Villa de Cabo de la Piedra; no obstante, al parecer dicho nombre era muy extenso, por lo que inmediatamente se optó por hacer una conjunción que abreviara el mismo e hiciese mas fácil y dinámica su pronunciación, variando así a CapdePERA, en castellano: Cabo de piedra. Esta última traducción al castellano, nos indica claramente lo que los antiguos pobladores de CapdePERA, quienes nombraron así a esta localidad, quisieron resaltar en base a la geomorfología de su territorio. Resulta pues obvio, que dicha zona obtuvo su nombre, de la forma geográfica (cabo) y de la conformación geológica (pétrea) de dicha zona. Un cabo geográficamente hablando, es un terreno accidentado, conformado por una masa de tierra que se proyecta hacia el interior del mar; y recibe dicha nomenclatura cuando ejerce una influencia determinante en el flujo de las corrientes costeras, y que genera numerosas dificultades en la navegación. Viendo la geomorfología de la isla de Mallorca (y en general de todas las Islas Baleares), podemos rápidamente evidenciar que dichas islas contienen varios cabos en su estructura geográfica; así en la Isla de Mallorca se encuentran: Cap de Ses Salines, Cap Blanc, Cap Roig, Cap de Regana, Cap de Enderrocat, Cap de Cala Figuera, Cap des Llamp, Cap de Sa Mola, CapdePERA, Cap des Llebeig, Cap de Tramuntana, Cap Gros, Cap de Catalunya, Cap de Formentor, Cap des Pinar, Cap de Menorca, Cap de Ferrutx, Cap des Freu, Cap Vernell; en la Isla de Menorca se encuentran: Cap Menorca, Cap D'Artrutx, Cap del Bisbe, Cap Faváritx, Cap de Fornells, Cap de Bajolí, Cap de Cavalleria; en la Isla de Ibiza se encuentran: Cap Roig, Cap des Llibrell, Cap Martinet, Cap de L'Esponja, Cap des Falcó, Cap Negret, Cap Blanc, Cap de S'Aguila, Cap Nunó, Cap D'Albarca, Cap de Rubió; y en la Isla de Formentera se encuentran: Cap Alt y Cap de Barbaria, etc.); de la simple lectura de tantos cabos situados en estas cuatro islas llamadas Baleares, es fácilmente comprensible por ello, que los primigenios habitantes de CapdePERA en Mallorca, hayan denominado a dicho territorio cabo de la piedra, por ser el mismo un terreno que geográficamente se define como un cabo -entre los muchos que hay en dicha isla-, y cuya característica geológica principal es la de ser un terreno rocoso.

Volviendo a la historia de esta villa, la historia cuenta que el Rey Jaime I de Aragón (1208-1276) ordenó encender grandes hogueras en el lugar que hoy ocupa el Castillo de CapdePERA, las que eran claramente visibles desde la isla de Menorca, donde dichas hogueras fueron percibidas por los rezagos del ejército musulmán afincado ahí, como una indubitable señal de la existencia de un gran ejército ad portas de atacarlos e invadirlos. De esta manera, los musulmanes atrincherados en la isla de Menorca capitularon, y así se rubricó el Tratado de CapdePERA, por el que Menorca también pasó a ser tributaria de la Corona de Aragón. Cabe resaltarse, que la rendición de los musulmanes de la vecina Menorca, fue suscrita por el Rey Jaime I y el alguacil de dicha isla en la Torre den Nunis que se ubicó dentro del que años mas tarde sería el Castillo de CapdePERA (el mismo que se construiría recién en el año 1300 por orden del Rey Jaime III, sobre los restos de una villa musulmana). Con base en dicho tratado, a pesar que Menorca seguiría siendo regida por los musulmanes, la misma se sometía a la autoridad de Jaime I y sus descendientes, cediéndole el Rey en dicho acto a las familias Montsó y Nunis, la Villa de CapdePERA. Actualmente, en la parte mas elevada del conjunto arquitectónico, se puede apreciar el Templo dedicado a Sant Joan, en cuyo interior se conserva la imagen de Nostra Senyora de l'Esperança (Nuestra Señora de la Esperanza, Vírgen Patrona de CapdePERA, pues la Leyenda de "Sa Boira" cuenta la historia que dicha Vírgen salvó a los moradores del Castillo de un feroz ataque pirata). El mismo Jaime I, daría a las islas Baleares una estructura administrativa bastante autónoma dentro de la Corona de Aragón, al pasar a constituir éstas el denominado Reino de Mallorca (1262-1707), que llegó a ser completamente independiente por unos años de los reinos predominantes en la Península Ibérica. Tras la unión dinástica de los Reyes Católicos (Isabel y Fernando), las cuatro islas (Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera) fueron obligadas a integrarse, al igual que los demás reinos de la península, en la nueva unidad dinástica. Más tarde, se aplicaría un decreto prohibiendo el idioma catalán en la administración de las islas en el año 1718, ello con obvios propósitos de lograr una mayor proliferación y consolidación de la lengua castellana (proveniente del Reino de Castilla) como lengua predominante del Imperio Español. Ya entrado el Siglo XIV, el Rey Jaime II de Mallorca (1243-1311), promulgó las Ordinacións, por medio de las cuales ordenó que la creación de doce pueblos entre ellos, la Villa de CapdePERA, cuyo territorio ostentaba una singular importancia estratégica para la lucha contra naciones invasoras (romanos, vándalos, bizantinos, musulmanes, ingleses y franceses) y corsarios. La construcción de la citada Villa, también contó con la respectiva edificación de una Iglesia (el ya citado Templo de Sant Joan), con lo que se intentó conseguir que los habitantes de la zona que se encontraban dispersos, se unieran dentro de una ciudad amurallada. Dicha muralla, se terminó de construir en el año 1387; no obstante ello, gran parte de la población de CapdePERA (los llamados Gabellines) no se mostraban a favor de dejar las tierras en las que por siglos habían vivido sus familias, para pasar a habitar dentro de la ciudad fortificada que había sido construida. La población de CapdePERA fue obligada así, a servir en la defensa de la ciudad y el Castillo, es por ello que se dio la orden para que todos los habitantes durante las noches se encerrasen armados dentro del recinto fortificado, para así reforzar la defensa del Castillo. Inicialmente, se construyeron dentro de la fortificación unas cincuenta casas, y el Rey Sancho I de Mallorca (1277-1324) ofreció como ayuda la cantidad de cien sueldos a cada familia que se instalase dentro de la fortificación. Sin embargo, el pueblo siempre dependió administrativamente de la aledaña Villa de Artà, puesto que ésta última siempre tuvo una mayor cantidad de habitantes, ya que CapdePERA nunca superó las cien familias.

Durante la dinastía borbónica, en el año 1715, el pueblo gabellino fue privado de utilizar cualquier tipo de armas, y se encomendó la defensa de dicho territorio a la tropa de los Dragones, los mismos que eran soldados profesionales y que además tuvieron la labor de construir la que sería la Casa del Gobernador de CapdePERA, ubicada en medio del Castillo, así como también la Caseta de la propia tropa. En los Siglos XVI y XVIII, se amplió la Iglesia, ubicándose en su interior un Cristo tallado que data del siglo XIV ó XV, así como la imagen de estilo gótico de la mencionada Virgen de la Esperanza, Patrona de CapdePERA y figura venerada desde el siglo XVI. A partir de 1820, con la conquista de la ciudad de Argel por los franceses, la piratería y los corsarios vieron su término, así la función estratégica y defensiva que ofrecía la Villa de CapdePERA varió. Pronto los militares de la Tropa de los Dragones abandonaron la fortaleza, y los habitantes del castillo empezaron a salir del recinto amurallado para instalarse y vivir en casas más grandes y confortables fuera de la fortaleza. Todo ello generó que a finales del Siglo XVIII, únicamente quedaran veinticinco casas habitadas dentro del recinto fortificado, estando el nuevo núcleo poblacional de la localidad en las afueras de las murallas, conformando una villa de más de doscientas casas.

Debido al crecimiento poblacional de la villa, en el Siglo XIX CapdePERA se constituyó como un Municipio independiente. En 1837, la Diputación Provincial de las Baleares ordenó a los Ayuntamientos de Son Servera, Artà y CapdePERA, la división de límites y separación de catastro, censos, libros y expedientes; para finalmente en 1858, hacerse la separación definitiva. En 1862 se vendió el Castillo en subasta pública, siendo adquirido por Felip Gili y Josep Quint Zaforteza i Amat (1894-1965); no obstante, luego de transcurridos unos años dicho castillo fue nuevamente abandonado, y se convirtió en refugio de gente pobre de la zona y de forasteros sin alojamiento. Durante este mismo siglo además, se produjeron diversos cambios estructurales en la sociedad gabellina y en la economía de la población de CapdePERA. Entre éstos estuvieron un fuerte crecimiento demográfico; la división territorial entre las villas de Artà y CapdePERA; la construcción en 1849 de la iglesia parroquial y un nuevo ayuntamiento en el centro del nuevo entramado urbano (estos dos nuevos edificios eran el símbolo de la independencia de la Villa frente a las aledañas villas de Son Servera y Artà); la construcción en 1861 del faro de CapdePERA; y finalmente, la construcción en 1891 de la Parroquia de Cala Ratjada. Debido a todos estos cambios producto de la modernización de la villa, la actividad portuaria de la misma se incrementó notablemente, lo que generó un crecimiento económico y demográfico significativo para la zona. Asimismo, unas cuantas familias de la villa emigraron por dichos años a América Latina en búsqueda de un futuro mejor, objetivo que algunas lograron, lo que facilitó el retorno de las mismas a CapdePERA ostentando una mejor posición económica.

Para principios del Siglo XX, algunos de los propietarios más ricos de la villa comenzaron a veranear en Cala Ratjada. Todos estos cambios implicaron innovaciones socioculturales y políticas. En 1951 se terminaron las obras del actual muelle de Cala Ratjada, por lo que sería la década de los ‘60 del siglo pasado, la que marcaría la llegada del turismo en masa a la zona, lo que transformó por completo la estructura económica de CapdePERA, el crecimiento demográfico a partir de dicha década se incrementaría también de modo importante, evidenciándose en que para 1997 la población de CapdePERA se encontraba constituída por 6,321 habitantes, y casi diez años después, para el 2006, la misma se acrecentó hasta la cifra de 11,074, casi el doble. Como último dato, en 1983, el Ayuntamiento de CapdePERA en un acto sin precedentes en aquel territorio, recuperó la propiedad del castillo y de la ciudad fortificada (amurallada) de la Villa de CapdePERA, para a través de dicho accionar, reivindicar los lazos históricos que unen tan íntimamente a dichas construcciones con la historia antigua y reciente de la villa, y de sus habitantes.
Finalmente, podemos ver que tanto en el caso de la comarca La PERA como en el caso de la villa CapdePERA, el vocablo PERA viene directamente de la traducción catalana del término latino Petra. Es así que en ninguno de ambos casos, se utiliza la palabra PERA para significar que en dicha zona crecía la Piru, o fruto del peral, la PERA; o si ésta crecía, se ha demostrado que ello no fue el motivo por el que se nombró a dichas zonas de tal manera. Al parecer, simplemente se debe a una fortuita coincidencia que en catalán, el vocablo castellano piedra se traduzca como PERA, y que a su vez, PERA para la lengua catalana signifique tanto el fruto del árbol del peral, tanto como haga alusión a la piedra; la significancia del término catalán PERA es por ello doble tanto para la lengua castellana como para el mismo catalán, pues se alude tanto a la PERA como fruta, así como a la piedra. En ambos casos por tal, se confirma que ambas localidades deben su toponímia a la calidad del suelo sobre el cual se asientan; esto pues tanto la comarca de La PERA como la villa CapdePERA se ubican sobre un terreno rocoso o pedregoso; ello genera que la posibilidad de que dicha condición territorial haya llevado a los primigenios habitantes de dichas localidades a enlazar la palabra PERA (piedra) para realzar y hacer especial énfasis en la topografía de la zona, y a partir de ello, nombrar a sus territorios como el elemento mas resaltante de la zona sea en un muy alto porcentaje posible, tal como ha sucedido en múltiples casos en todas partes del mundo, todo en pro de lograr un fácil y directo recuerdo del nombre de su localidad, frente a las características topográficas de la misma.

miércoles, 28 de mayo de 2008

La aún existente comarca La PERA


En la presente “entrada”, ahondaré un poco más en una de las localidades españolas, más concretamente catalanas, que hoy por hoy constituyen las dos únicas circunscripciones que detentan, aunque de modo digamos “enlazado”, la palabra PERA; a las cuales ya me he referido anteriormente, pero me parece, que merecen una explicación mas profunda sobre su historia y los orígenes filológicos de sus nombres, en el marco de las regiones donde se encuentran ubicadas.

La primera de las mismas, La PERA, es una comarca española situada en el Bajo Ampurdán, provincia de Girona, comunidad autónoma de Cataluña. Esta se encuentra asentada al oeste de la comarca, en el límite con la comarca del Gironés y contiene los territorios en conjunto de Pedrinyà, Púbol y Riuràs. La primera alusión a esta comarca, data del año 982 d.C., y es apuntada en un documento por el que la posesión de dicho territorio (actual comarca de La PERA) se indica como perteneciente al Monasterio de Santa María de Ripoll y de la Iglesia de San Isidor. Así, consta en dicho documento fundacional canónico, que la comunidad canónica tendrá posesión de un “ala” de la llamada Villa PERA. Es así que en el año 1058, la Iglesia de San Isidor es nombrada como Sancti Isidori cum ipsa Perai, y posteriormente, en el año 1159, se le nomina Sancti Isidori de la PERA (Iglesia de San Isidor de la PERA).

El toponímico de La PERA, tiene un significado digamos que en cierto modo claro, pues La PERA deriva del latín Petra (es castellano Piedra), término que en catalán antiguo se traducía como PERA. Posiblemente, esta toponímia se debe a que el terreno sobre el que se asienta esta comarca es muy rocoso, y he allí de donde viene la nomenclatura Piedra. Es recién en el Siglo XIII, que aparece escrito en diversos documentos de la comarca, el nombre de la misma pero esta vez latinizada en la voz Piru (que fue la forma usual de denominar al fruto mismo del Peral, la PERA). No obstante ello, historiadores locales de La PERA, indican como es comprensible, que aquella fue una mala latinización de la nomenclatura de su comarca, pues erróneamente se tradujo y consignó en latín el nombre de dicha comarca como Piru, traducción directa de la palabra catalana Pera al latín, cuando el toponímico catalán cuya nomenclatura efectivamente era PERA, derivaba mas bien, del término en latín Petra. Es así, que la comarca de La PERA, ciertamente debe su nombre al sustantivo en latín Petra, y no al sustantivo también latín Piru, pues la comarca adoptó dicha nomenclatura, no porque la misma haga referencia a una característica propia de la localidad, como puede ser que su territorio albergue a árboles de PERA (la fruta), sino porque hace clara y evidente alusión a la rocosidad del terreno sobre el que se asienta, y de ello deriva su nombre en catalán PERA, que traducido al latín es Petra, y al castellano Piedra.

La PERA, se sitúa en la parte central del valle, sobre un terreno que se eleva sobre una colina de bordes redondeados (a 89 m.s.n.m.). Su población nunca ha sido numerosa, para 1900 dicha comarca contaba con tan sólo 559 habitantes, en 1950 con 606 y en el 2006 con 436, los cuales se reparten en un territorio de 11,51 km2. Es una comarca, cuyo conjunto de población, habita en casas escalonadas en las laderas de la colina, donde la silueta del campanario gótico domina la parte superior de la misma. Al ser una comarca con escasa demografía y bastante tradicional en todo sentido, aún conserva el típico trazado urbano de origen medieval, con numerosas callejuelas estrechas e intrincados recovecos y rincones sugerentes. En el punto más alto y en pleno centro del núcleo de La PERA, se encuentra ubicada la Iglesia de San Isidor, antes mencionada. La construcción de la misma se inició a finales del Siglo XVI, mas su edificación se llevó a cabo a lo largo del Siglo XVII, mostrando un hermoso estilo gótico renacentista que pudo verse hasta inicios de la Guerra Civil española (1936-39), fecha en la que tras dicha guerra, la fachada de la Iglesia tuvo que remodelarse.

Una de las poblaciones importantes de la comarca de La PERA es Pedrinyà, en la cual destaca notablemente la Iglesia romana dedicada al Santo San Andrés. Sin embargo, el núcleo poblacional más importante de la comarca La PERA, es Púbol, situado a un kilómetro de la villa central. Dicho núcleo ostenta un aspecto netamente feudal, con un castillo y una iglesia la cual domina los edificios del centro. Dato curioso es que el Castillo de Púbol, edificado entre los Siglos XIV y XVI, fue comprado por el famoso y excéntrico pintor español Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí y Doménech, conocido simplemente como Salvador Dalí, quien como consecuencia de dicha adquisición, a su vez obtuvo el título nobiliario de Marqués de Púbol. Dicha compra se debió a un regalo que el citado pinto quiso ofrecer a su esposa Elena Ivanovna Diakonova, conocida como Gala. Ambos personajes pasaron largas temporadas disfrutando de su castillo al ocaso de sus vidas, a ello se debe que incluso al morir Gala en 1982, sus restos fueran incinerados en dicho recinto. Actualmente, el Castillo de Púbol ha sido convertido en la llamada “Casa-Museo-Castillo Gala Dalí.

Finalmente, como he mencionado, La PERA nunca ha sido una comarca muy numerosa en cuanto a demografía, pues con las justas ha superado el medio millar de habitantes, tampoco lo ha sido en territorio; no obstante, La PERA es un lugar turístico por excelencia. Podemos apreciar además, que si bien la nomenclatura de esta comarca puede llevarnos a pensar que deriva del nombre del fruto del Peral, la PERA, ello de manera histórica ha sido comprobado como una atribución fallida derivada de la traducción errónea de su nombre, correspondiéndole dicha nomenclatura PERA en catalán, derivada mas bien del término latín Petra, que evidentemente indica Piedra en castellano, lo que se convalida al simplemente observar el terreno de tipo rocoso sobre el que se asienta dicha comarca. Se puede apreciar que dicho error se comete incluso hasta la actualidad, muestra de ello es que en el blasón del escudo de La PERA, aprobado el 07 de Octubre de 1991, en el mismo se distingue al famoso Castillo de Púbol, flanqueado por dos PERAS (lo que nos lleva a recordar rápidamente el nombre de la comarca, mas nos hace incurrir en el error de filología nominal antes mencionado), así como en la cúspide del Castillo se ve la cruz de San Isidor, patrono de la comarca.
(Ref. http://www.baixemporda-costabrava.org/es/situacion/65)

Bibliografía de la comarca de La PERA:

Henry i Dídac Ettinghausen. "La Vall de la Pera". En: Quaderns de la Revista de Girona. N° 117. Ed. Diputació de Girona i Caixa de Girona. 2005. p. 96.

domingo, 25 de mayo de 2008

La toponímia PERA en España


(vista del faro en la villa mallorquí de CapdePERA)

Hasta hace poco tiempo, mantuve la plena convicción que el apellido PERA se debía haber originado teniendo como base la toponímia, idea que fue reforzada en mí, a partir de la indicación del reconocido genealogista francés Jean Tosti, quien refiere lo siguiente sobre el apellido PERA en su página web:
http://jeantosti.com/noms/p3.htm.
"Pera
D'origine italienne, le nom évoque la poire. Il s'agit en principe d'un toponyme (nom de plusieurs communes et de hameaux). Le nom de famille est fréquent dans le Piémont, la Toscane et le Lazio
".
La traducción es la siguiente: PERA de origen italiano, el nombre evoca la pera. Se trata en principio de un toponímico (nombre de varios municipios y de aldeas). El apellido es frecuente en el Piamonte, la Toscana y el Lazio.
*(Se debe destacar que en el idioma francés, no existe una traducción exacta para la palabra apellido, por lo que se traduce el concepto como "nombre de familia").

Efectivamente, como anota el mencionado Jean Tosti, se afirma muy comúnmente en los diversos textos que estudian el origen de los apellidos, que el apellido PERA es un uno de origen toponímico; es decir, aquel apellido que es tomado como propio por una familia o tronco familiar del nombre de un barrio, distrito, aldea, villa, pueblo, comarca o ciudad; en el caso en particular de Tosti, él señala que el apellido PERA proviene toponímicamente de municipios o aldeas. Hasta hace unos meses, yo mismo mantenía dicha convicción, y haciendo caso omiso a aquella que para mi configura la primera regla del estudio de los apellidos (luego de mas de cinco años dedicados personalmente al estudio de los mismos): “nunca se debe dar como cien por ciento seguro la etimología de un apellido”; teniendo como toda regla su excepción: “salvo que fuesen apellidos de origen patro o matronímicos, o toponímicos mayores”, me inclinaba también por darle un origen toponímico al cien por ciento comprobado al apellido PERA. No obstante, pude corroborar mi error al calificar tan tajantemente el origen de mi apellido de dicho modo cuando, como he explicado en una “entrada” anterior, tuve mayor conocimiento sobre la utilización del apellido PERA por parte de una noble y patricia rama familiar de la Gens Junius de la antigua Roma. Como ya se ha indicado, dicha rama de la Gens Junius utilizaba, hace 2200 años, la palabra PERA en castizo como apellido, lo que me hizo replantear mis deducciones, y replantear mi opinión en referencia a que si bien el apellido PERA en algunos casos puede ostentar directamente un origen toponímico, no debemos dar como totalmente cierto que ese sea el único origen o procedencia del apellido PERA, pues pueden haber otros orígenes tan o mas válidos que el anteriormente mencionado.

Habida cuenta de esta importante aclaración, puedo pasar a señalar que, como indico líneas arriba, Tosti se equivoca en parte, pues si es cierto que existen incluso hasta la actualidad localidades (aunque muy pequeños en relación al área territorial que ocupan) que ostentan el nombre PERA, como una conjugación de palabras que enlazan la misma. Este es el caso de dos territorios en tierras españolas que existen y mantienen la nomenclatura PERA. Aquí debo detallar, que Jean Tosti indica luego de su investigación que PERA es un apellido toponímico de origen italiano, mas en ningún momento expresa la procedencia de esa toponímia en el territorio italiano, mas bien a través de mis investigaciones he llegado a dicha toponímia en el segundo país en cuanto a difusión donde se puede hallar la palabra PERA como apellido. Me refiero aquí a la comarca española del Bajo Ampurdán (Baix Empordá), situada en la provincia de Gerona (o Girona en catalán), comunidad autónoma de Cataluña, la cual se denomina “La PERA”; y la villa de “CapdePERA” situada en la isla Balear de Mallorca.

Es importante resaltar, que como podemos evidenciar fácilmente, ambos villorrios son de origen catalán (Catalá), y sus nomenclaturas -La PERA y CapdePERA- fueron indicadas alrededor de los Siglos XI (1019) y XIII (1229) respectivamente; mientras que por el contrario, en la actual Italia -que es de lejos el país donde actualmente residen la mayor cantidad de personas que utilizan este apellido- no existe ningún comune (municipio), villa, o ciudad que porte ni en solitario ni de modo enlazado, la palabra PERA. No deja de sorprender por ello, que de esta manera podamos esclarecer que han podido coexistir dos distintas fuentes de origen de este apellido; en Cataluña (Catalunya) y en la antigua Roma, como se ha demostrado en una “entrada” anterior. Se debe observar asimismo, que a pesar de que durante un tiempo se tuvo la creencia que Barcelona -capital catalana- fue una ciudad fundada por la antigua nación cartaginesa, en épocas mas recientes se ha desestimado esta opinión, y se han podido conseguir pruebas más contundentes referidas al establecimiento de una colonia romana sobre una población nativa de la zona. No obstante ello, la romanización es un hecho irrebatible, siendo la misma iniciada en el siglo II a.C., llegando a tal profundidad en su penetración, que los catalanes -y en general los íberos- abandonaron paulatinamente su lengua nativa para adoptar con el paso del tiempo el latín, lengua oficial del imperio romano y sus colonias.

Si observamos con agudeza esta última afirmación, veremos que el influjo de la romanización llegó a tierras catalanas en el siglo II a.C., lo cual tiene relación con el siglo en el cual tres ilustres de la Gens Junius, y mas concretamente, de la rama familiar PERA, ostentaron el cargo de cónsules y dictador romano en el caso del último personaje que ostentó cargos políticos y militares en el Imperio Romano, Marcus Junius PERA. Dichos cargos fueron ejercidos por estos personajes patricios de la aristocracia romana entre los años 292 y 216 a.C., sin embargo, esto es una coincidencia de fechas y no un hecho confirmado, pues no se tiene conocimiento ni pruebas que dichos personajes hayan sido enviados o radicados en aquella temprana colonia romana en Cataluña; el dato mas cercano que hay, es el que se indica en el libro de Francisco Xavier de Villanueva, titulado “Historia antigua de los egipcios, de los asirios, de los babilonios, de los medos, y de los persas, de los macedonios, de los griegos, de los cartagineses y de los romanos”. Madrid, 1759. p. 107. En el cual de Villanueva indica que “Hizose en este año el censo cuarenta y nueve. Encargóse a los Cónsules la guerra de Liguria, que entonces no tuvo resultas”. De ello podemos saber que el Cónsul Marcus Junius PERA anduvo por la actual región italiana de la Liguria, cuyas costas están muy cercanas a las costas catalanas, todas las cuales están bañadas por el Mar Mediterráneo, mas no se indica un contacto directo entre la zona del territorio catalán, y algún miembro de esta Gens.

Si nos centramos ahora directamente en el territorio de la segunda villa, CapdePera, al encontrarse ésta situada en la isla Balear de Mallorca, vemos que históricamente los romanos conquistaron el conjunto de las islas (Formentera, Ibiza, Mallorca y Menorca) en el año 123 a.C., con lo que unieron por primera vez todo el archipiélago conformado por estas cuatro islas, las cuales pasarían a regirse bajo los parámetros de una misma administración y cultura: la romana, pues es de tenerse en cuenta que hasta ese entonces coexistía una dicotomía sobre el fondo étnico entre las llamadas, por los cartagineses y romanos, Pitiusas (se dice que las mismas estaban pobladas por semitas, concretamente Ibiza y Formentera), y las llamadas por los griegos Gimnesias (concretamente Mallorca y Menorca), poblada por nativos pertenecientes a la antigua cultura mallorquí talayótica. Es recién a finales del Siglo IV d.C., que las islas Baleares se constituyeron como una provincia independiente dentro de la geopolítica del Imperio Romano, y se les denominó la Provincia Baleárica. La historia de estas islas, y en particular de Mallorca, nos habla de una constante lucha entre diversas naciones por conquistarla, si bien es cierto que era una provincia romana, nativos de muchas naciones (vándalos, visigodos, etc.), realizaron constantes incursiones a la misma, siendo una de las mas importantes la de los musulmanes. Esto sólo se explica si tenemos en cuenta la posición territorial tan estratégica que poseían y aún poseen dichas islas, constituyéndose como un "territorio de paso" entre las regiones de la ribera norteña africana, y las ribera sureña europea, ambas costas bañadas por el Mar Mediterráneo. He ahí el por qué de la amplia disputa entre las diversas naciones por conseguir tener una supremacía sobre las islas Baleares.

Prueba de ello, es que el ejército del Rey Jaime I de Aragón, tuvo que realizar desde mediados del año 1229, encarnizados combates contra los moros, para recién poder ingresar victorioso a la ciudad capital de Mallorca, el 31 de Diciembre de dicho año. No obstante, a su ingreso, las tropas descontroladas de Jaime I realizaron una masacre sin distingo tanto frente a los musulmanes como a los nativos mallorquíes. La matanza fue tal, que no hubo tiempo para enterrar debidamente a la gran cantidad de muertos, lo que con el transcurrir de los días, generó una epidemia entre la población mallorquí y los mismos soldados del Rey de Aragón. Mientras ello ocurría, los nobles pertenecientes al ejército de Jaime I, quisieron repartirse el botín de guerra únicamente entre ellos para prontamente abandonar dicha isla, mas la soldadesca no lo permitió, y ello originó que los mismos se vieran forzados a repartir el botín incluyendo a la tropa. La desunión cundía entre las tropas del rey aragonés, mientras en el otro bando, los musulmanes se reorganizaban para empezar a ofrecer resistencia desde las montañas, beligerancia que duraría un par de años mas, tiempo luego del cual los musulmanes que sobrevivieron quedaron en condición de esclavos. Se debe mencionar a su vez, que la isla de Menorca, solicitó obtener la condición de vasalla del Califato de Córdoba, convirtiéndose la misma en una Taifa -pequeño reino perteneciente al califato cordobés- autónoma, donde la religión y la cultura árabe se mantuvieron durante medio siglo más, es decir, hasta 1280. En el mes de Enero de 1287, la flota del Rey Alfonso III de Aragón, pudo ingresar al puerto de Mahón (en catalán Maó, llamado en la antiguedad por los romanos Portus Magonis, en honor a Magon Barca, hermano de Aníbal Barca, ambos pertenecientes a la ilustre y mas famosa familia cartaginesa, los Bárcida o Barca), pactando con los nobles musulmanes, la capitulación de la isla a cambio de que se dejara salir a estos últimos de la isla entregando al resto de la población para que se les esclavizara.

Centrándonos en la toponímia de estas dos villas, La PERA y CapdePERA, podemos ver que la misma se fue moldeando con el paso de los años, hasta llegar a constituirse tal como las podemos observar en la actualidad. Ambas localidades han mantenido dichas nomenclaturas por muchos siglos, por lo que es perfectamente posible que algunas familias que en la actualidad ostentan el apellido PERA, puedan deber el origen y formación del mismo a antiguas vecindades de sus antepasados en alguna de estas poblaciones, lo que sería perfectamente posible, y mas aún refiriéndonos a las actuales familias españolas de apellido PERA, las que no por coincidencia habitan en su mayoría en la Comunidad Autónoma de Cataluña, viviendo las mismas predominantemente en las provincias catalanas de Barcelona (ciudad capital de la Comunidad, donde habitan 676 personas de apellido paterno y 647 de apellido materno PERA), Lleida (73 personas de apellido paterno y 75 de apellido materno PERA), Girona (72 personas de apellido paterno y 68 de apellido materno PERA) y Tarragona (09 personas de apellido paterno y 14 de apellido materno PERA), haciendo un total de 830 personas con apellido paterno y 804 personas con apellido materno PERA sólo en el territorio de Cataluña; lo que visto en porcentaje indica que del total de personas con el apellido paterno PERA en todo el territorio español, un 70.88% habitan en territorio catalán; mientras que del total de personas con el apellido materno PERA en todo el territorio español, un 68.02% habitan en dicho mismo territorio. Podemos apreciar y deducir fácilmente de estas cifras, que en toda España, el 69.45% de las personas con apellido paterno o materno PERA, viven en el territorio de la Comunidad Autónoma de Cataluña.

En el caso de las islas Baleares (en catalán Illes Balears), estas conforman en su conjunto la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, cuya capital autónoma es la ciudad de Palma de Mallorca. Dentro de las islas que pertenecen a la Comunidad antes mencionada, encontramos a la isla de Mallorca, donde se ubica la villa de CapdePERA dentro de la comarca de Llevant. En esta Comunidad, se puede observar que existen 05 personas que portan como apellido paterno PERA, y con el mismo apellido materno existen 07; lo que en total suma 12 personas las que representan a su vez un 1.02% de personas de apellido paterno o materno PERA dentro de todo el territorio español. Teniendo evidente y demostrada vinculación ambos territorios y Comunidades Autónomas, Cataluña y las Islas Baleares -y dentro de éstas últimas la Isla de Mallorca-, vínculo que se evidencia en que ambos territorios mantienen como lengua oficial el catalán y comparten una historia y geopolítica en común, tenemos que del 100% de personas que ostentan como apellido -paterno o materno- PERA en la actual España, un 71.9% habitan en los territorios que contienen hasta la actualidad y desde hace poco menos de 1000 años, las dos villas antes descritas cuya nomenclatura indica la palabra PERA. Actualmente, existen 1171 personas en toda España que portan el apellido PERA, y como hemos visto, cerca de tres cuartas partes de estas personas aún viven dentro de territorios cuya lengua oficial es el catalán, por ello no es de sorprender, que el apellido PERA esté mas arraigado en estas zonas del territorio español, que en otras donde por cierto existen personas que portan dicho apellido, pero no en la magnitud tan avasalladora como lo es en las comunidades donde se tiene por lengua oficial el catalán. Aquello podría demostrar un probable origen histórico, filológico e idiomático del apellido PERA en tierras catalanas, desde donde dicho apellido se pudo expandir al territorio del Reino español y quizás italiano.
(Ref. http://www.ine.es/fapel/FAPEL.INICIO)

Haciendo un parangón con la República de Italia justamente, podemos apreciar que en la actualidad en todo el territorio italiano, existen aproximadamente 1530 personas que portan el apellido (cognome) PERA, constituyéndose así dicho apellido en el N° 1666 de los apellidos mas difundidos en Italia. Las ciudades donde se encuentra con mayor frecuencia personas con el apellido PERA son: Milano con 171 personas, Genova con 136 personas y finalmente, Roma con 136 personas. No obstante, como he mencionado anteriormente, no existe en la actualidad ninguna localidad o región que ostente como nomenclatura la palabra PERA, ya sea enlazada con otra u otras palabras, como en solitario; por lo que no existe una actual toponímia PERA en Italia, como erradamente señala el investigador y onomatólogo francés Jean Tosti. Con ello no quiero decir que se erradica toda posibilidad histórica de que en algún momento haya existido alguna localidad o región en el territorio de la actual Italia con dicha nomenclatura; únicamente quiero expresar, que no he encontrado luego de una minuciosa investigación, el uso del término PERA como nombre de alguna localidad o territorio en Italia.

Finalmente, quiero expresar que esta ha sido una pequeña reseña filológica, histórica y estadística sobre la toponímia PERA en algunas villas aún existentes en la actual España, haciendo la salvedad que no por el hecho de que estas poblaciones existan, se comprueba al 100% que el apellido PERA deriva toponímicamente del nombre de ambas villas hispánicas, mas concretamente catalanas, y por ende, que el apellido PERA derive netamente en un 100% de un origen español; así como tampoco se comprueba a pies juntillas que no lo hagan. Mas aún, se debe tener en cuenta que tal como los apellidos, los nombres de los barrios, distritos, aldeas, villas, pueblos, comarcas o ciudades (territorios en general, que como es evidente también han aportado sus nomenclaturas generosamente a los apellidos en todas partes del mundo y mas en la zona europea), también sufren cambios, mutaciones, alteraciones o variaciones a lo largo del paso de los años, transformaciones que a veces pueden ser mínimas, como en otros casos pueden ser rotundas, y las cuales generan que se pierda el nombre original o primigenio de las mismas. Por ello, no podemos indicar como fehacientemente comprobado que la nomenclatura de estas villas hayan incidido determinantemente en la actual denominación y uso del apellido PERA, tanto para los españoles como para los italianos que conservan este apellido, o que ello no sea al menos factible. Asimismo, tampoco podemos negar tajantemente la posibilidad de que hayan existido otras comunidades, villas, comarcas, pueblos o ciudades en el territorio de la actual Italia o de la misma España, que hayan ostentado antiguamente el nombre en solitario o enlazado PERA, y que con el paso del tiempo dicha nomenclatura haya variado o se haya perdido. Teniendo en cuenta que ello es algo de difícil verificación, no podemos cerrar las puertas a la opción que hayan existido otras poblaciones cuyo nombre de sus localidades nativas hayan incluido la denominación PERA, y que producto de las mismas, este apellido haya sido acogido como tal, como se verá en una "entrada" futura.

viernes, 9 de mayo de 2008

Recordando un aniversario de mis raíces


Siendo el día de hoy 09 de Mayo, no quería dejar pasar la ocasión para dejar constancia en la presente "entrada" (y blog de la familia PERA), del aniversario número ciento sesenta y cinco del natalicio de mi bisabuelo paterno y patriarca de la familia PERA en esta parte del mundo (Perú - Sudamérica).

Mi bisabuelo, Don ANTONIO PERA PICCONE, nació el 09 de Mayo de 1843 en el antiquísimo puerto de San Remo (en italiano Sanremo), Provincia de Imperia, Región de Liguria - en ese entonces Reino de Italia (actual República Italiana), siendo bautizado como todos sus antepasados y familiares, según el rito Católico Apostólico Romano, al día siguiente de su nacimiento -el 10 de Mayo-, en la nombrada así por la Ciudad del Vaticano Insigne Basílica Catedral de San Siro, por ser la parroquia mas antigua de dicho puerto, y sin duda una de las mas antiguas de la Región de la Liguria en general. Don Antonio, fue hijo legítimo del matrimonio conformado por Pietro Francesco PERA y Maria Giacinta Piccone, y tal como su padre (mi tatarabuelo), desde muy niño estuvo familiarizado con el trabajo ligado al mar, labor típica de todo puerto marítimo importante, como siempre lo ha sido San Remo, por lo que desde muy joven -siendo aún un adolescente- se hizo a la mar cumpliendo de ese modo con la tradición ancestral de la familia PERA de desempeñar labores marítimas de comercio, familia la cual cuenta en su haber más de siete generaciones de marinos mercantes y de guerra.

Su profesión y su vida entera la dedico al trabajo en el mar en diversas embarcaciones, y con ello, a los continuos y perennes viajes donde únicamente se ve "cielo y mar", azul versus azul, y de cuando en cuando un puerto, ya sea en las costas del Mar Mediterráneo (en puertos europeos, asiáticos o africanos), así como en los puertos del Mar Negro (principalmente en el antiguo y famoso puerto de Odessa -actual Ucrania-), para finalmente, con la amplia experiencia que sólo los muchos años en la labor marina pueden otorgar, pasar a dedicarse al comercio mayor de diversas mercaderías entre los múltiples puertos de los distintos continentes.

A través de años de trabajo arduo e infatigable como marino mercante, pudo finalmente adquirir un barco velero de cuatro mástiles al cual bautizó con el nombre de su ciudad natal, "San Remo", y pronto se alistó a conseguir una adecuada tripulación para el mismo (entre algunos de los integrantes de dicha tripulación, estuvieron los jóvenes hijos de algunas de las más ilustres familias sanremeses, como los Borea y los Drago). Con el velero "San Remo", Don Antonio PERA Piccone y su tripulación surcaron las amplias aguas de los mares Atlántico, Pacífico e Índico, las cálidas aguas del Mar Caribe y las gélidas aguas del sur de Sudamérica: el polo sur y las costas del continente Antártico. Cruzó innumerables veces el Mar Atlántico para llegar a las costas del Mar Pacífico por el Estrecho de Magallanes -anteriormente llamado Estrecho de Todos los Santos- (segundo pasaje interoceánico mas transitado superado sólo por Cabo de Hornos), allá por las últimas décadas del Siglo XIX -recordemos que el Canal de Panamá recién se inauguró el 15 de Agosto de 1914-, con lo que podemos confirmar con ello, su gran pericia y extensos conocimientos en la navegación en Mar abierto, y en territorios tan difíciles de surcar como lo constituye incluso hasta la actualidad a pesar de contar con instrumentos como el Sonar (medio de localización acústica importantísimo para la navegación), y con el uso de cartas de navegación en extremo precisas de dicha zona marítima.

El navegar y cruzar por el Estrecho de Magallanes -para utilizar al mismo como corredor o pasaje marítimo interoceánico que abrevie el tiempo de navegación entre las costas del Atlántico y del Pacífico- siempre ha sido un reto mayor, pues el mismo depara mas de un dolor de cabeza para las embarcaciones que lo atraviesen debido a los innumerables elementos que se deben sortear con pericia para superarlo con éxito. La navegación por dicha zona por tal, requiere de "maestros" de la navegación (y a fines del Siglo XIX, de expertos "viejos lobos de mar"), pues existen incontables peligros como vientos tempestuosos procedentes de la Antártida (conocidos como "turbonadas" por su gran velocidad y poca duración), chubascos, quebradas que requieren ser bordeadas con maniobras de agudos ángulos, granizo, y escasa visibilidad (producto de las llamadas "mangas de agua" que por momentos eclipsan por completo el horizonte y la costa continental e insular haciendo que éstas desaparezcan, lo que puede generar una total desorientación a los tripulantes y temerariamente al timonel de la embarcación). Por ello, el difícil e impredecible clima y el escaso margen de maniobrabilidad por la geografía de la zona, han sido factores que han contribuido y aún son los culpables de la zozobra de no pocas embarcaciones de todo calaje en dichas aguas; por algo dicho Estrecho contiene nombres como "Paso Tortuoso", "Isla Desolación", "Bahía Inútil" o "Puerto Misericordia". Según se refiere: "(...)La resolución y ánimo de un Capitán para ingresar y navegar el estrecho de Magallanes, se basará siempre y ante todo, en la práctica y conocimiento que tenga de la región misma, pues indudablemente sería una gran imprudencia arriesgarse a esa empresa desde la primera vez que se la acomete sin la asesoría y conocimientos del mar y de la zona apropiados (...)".
(Ref. http://www.shoa.cl/servicios/magallanes/02_region_occ_esp.htm)

Don Antonio PERA Piccone, demostró como Capitán de su velero "San Remo", que contaba con esa pericia única que dan los años dedicados al mar, para luego de tantas décadas como marino, de incontables viajes transoceánicos con innumerables idas y retornos, y de visitar puertos de Europa, Asia, África, Oceanía y las Américas, conocer precisamente en el segundo puerto mas importante del Pacífico colombiano, el Puerto de Tumaco -situado en la antigua Región del Cauca hoy departamento de Nariño, República de Colombia-, a la que a la postre se convertiría en su esposa, la tumaqueña Francisca Mariátegui Escrusería. Con ella se desposaría el 03 de Setiembre de 1883 en dicho mismo puerto (él contando con 40 años, y ella con 17), para iniciar de allí en adelante una vida marital en la que su vivienda fue su propio barco velero. Los hijos como era lógico vinieron con los años, hasta que finalmente el matrimonio de Don Antonio y Doña Francisca PERA con sus hijos, estableció su domicilio ya en tierra firme en la ciudad de Lima - Perú, a finales del Siglo XIX, en la ciudad capital del antiguo y mas importante virreynato de España. Muy pronto la familia PERA Mariátegui sufrió un duro golpe de la vida, de esos que devastan los sentimientos y el corazón, esto pues tras un parto se complicaría la salud de Doña Francisca Mariátegui de PERA, quien tuvo que hacer frente a los embates de una infección puerperal o post-parto. Doña Francisca (mi bisabuela), no soportó y decayó prontamente ante la infección, falleciendo tras el fallido parto el 07 de Agosto de 1899.

A partir de ahí la vida no sería nada fácil para Don Antonio y sus hijos e hijas, en el momento de la muerte de Doña Francisca, el mayor de sus hijos -Antonio Francisco-, contaba con quince años, y la menor -Luisa María- con dos. Así, mi bisabuelo tuvo que hacer frente a una nueva vida en la cual tenía que ser padre y madre para sus hijos (todos menores de edad), además de tener que trabajar para mantener a su familia, y todo ello encontrándose en un país muy lejano al suyo, y sin poder contar siquiera con la ayuda de sus familiares, pues los mismos radicaban en su tierra natal: San Remo - Italia. Los años pasaron, aquellos hijos crecieron y se hicieron hombres y mujeres de bien, algunos se casaron y otras adoptaron los hábitos. Don Antonio -en situación poco usual para la época- vivió muchos años (quizás como una recompensa que la vida le otorgó a la familia por la temprana pérdida de la madre), tantos que le permitieron conocer a sus primeros nietos y gozar de una apacible vejez rodeado de todos sus seres queridos.

Don Antonio PERA Piccone, el patriarca de la familia PERA en Sudamérica, moriría a las doce horas con veinte minutos de la tarde del 14 de Mayo de 1919, a los 76 años de edad recién cumplidos y veinte años después de la muerte de su esposa. Su muerte fue repentina según consta en su acta de defunción eclesiástica, siendo el motivo de la misma presumiblemente un derrame cerebral, aunque su partida de defunción civil consigna como motivo de la muerte una septicemia. Fue inhumado con entierro de primera clase en el primer cementerio civil de América, el Cementerio Museo Presbítero Matías Maestro (inaugurado un 31 de Mayo de 1808 por el Virrey español José Fernando de Abascal y Sousa, el cual fue diseñado por el pintor, músico, clérigo y escultor Matías Maestro Alegría, por lo que se le denominó de esa manera).

Don Antonio dejaba tras de sí una vida entera dedicada al mar, fue un marino de vieja estirpe, una persona que hasta el final rememoraba sus vivencias surcando los siete mares, visitó como marino mercante casi todas las costas del mundo, y los actos más importantes de su vida así lo reflejan: nació en Italia, se casó en Colombia y falleció en Perú. Además, dejó tras de sí una numerosa familia que lo respetaba, amaba y por sobre todo le guardaba devoción, no sólo por el hecho de llevar su misma sangre, sino principalmente porque dedicó por completo la segunda mitad de su vida (treinta y seis años) a cuidar de su familia, y a la muerte de su esposa, a cuidar exclusivamente de sus hijos. Pese a que era costumbre común en esa época que al enviudar el hombre éste rápidamente se volviese a casar, mas aún teniendo varios hijos pequeños por criar, mi bisabuelo nunca lo hizo; él no halló en el volverse a desposar la salida a sus problemas, sino la obtuvo en el trabajo infatigable y en el cuidado constante de todos sus hijos, y he ahí el por qué de la gran devoción y amor que los mismos le profesaban.

Hoy mi bisabuelo, Don Antonio PERA Piccone, cumpliría 165 años de nacido; y a través de esta pequeña semblanza he querido celebrar a mi manera dicho aniversario. A pesar de no haberlo conocido por la evidente distancia temporal que nos separa, siempre me he sentido muy próximo a él. El mismo no sólo me legó su apellido, PERA, sino me legó un invalorable bagaje de recuerdos, historias y características no únicamente físicas -que son las mas evidentes-, sino también y quizás las mas importantes, características espirituales, algunas de las cuales puedo reconocer fácilmente en mi o en mis parientes, otras no tanto pero no obstante ello, sé que las mismas se encuentran ahí, como sello indeleble en nuestro ADN.

¡Buon Compleanno bisnonno! Donde sea que estés, ¡Buon Compleanno!


martes, 6 de mayo de 2008

Sobre la etimología del fruto del Peral: la Pera


Luego de haber efectudado un estudio en intención lo más profundo posible, sobre el origen arcaico del apellido PERA en épocas del antiguo Imperio Romano, pasaré a detallar un punto muy importante, y que para el caso especial del apellido Pera, cobra relevancia mayor. Esto es la etimología de la fruta misma, de la Pera, su nombre y en general, la historia de este fruto. Dejando atrás todo el gran bagaje histórico y genealógico del apellido en sí, podemos pasar a realizar un estudio pormenorizado del fruto de la Pera.

La PERA, es el fruto del (árbol caducifolio del género Pyrus), el nombre de pera proviene del latín vulgar pera (plural es pirum), y la misma es una palabra que se ha adoptado casi sin modificación hasta nuestros días.

Es una de las frutas mas importantes que pertenece a la familia de las Rosáceas, con arbustos y árboles distribuidos por regiones templadas de todo el mundo. Es originaria de territorios de Europa oriental y de Asia occidental, territorios en los que su cultivo se ha realizado desde épocas muy remotas, quizás entre 2000 ó 1000 años antes de Cristo. La especie Pyrus communis se originó en Europa oriental y procede de las especies Pyrus nivalis y Pyrus caucasica. Tanto los egipcios, griegos como los romanos conocieron y efectuaban el cultivo del peral (árbol que produce la PERA), más fueron estos últimos los que lo introdujeron a lo largo de casi toda la Cuenca del Ebro (segundo río más largo y caudaloso de la Península Ibérica -actual España-, por donde discurre enteramente además de pasar por los territorios de Andorra y Francia).

En la actualidad, los principales países productores de la pera son: China, Italia, Estados Unidos de América, España, Argentina, Alemania, Corea, Japón, Turqúía, Chile, Sudáfrica, Francia, India, Ucrania, Australia, Bélgica-Luxemburgo, Irán, Holanda, Austria y Portugal. Actualmente, existen cerca de treinta variedades de peras diferentes alrededor del mundo, de los mas diversos colores, texturas y sabores.

La PERA, en la gran mayoría de sus variedades, asemeja la figura de pomo con forma redondeada o de lágrima. Contiene cinco celdillas con entre una a dos semillas, si bien hay variedades que no las tienen. Su tamaño y peso varía, según cada variedad, pero su peso suele rondar los 170 gramos; el fruto tiene una piel lisa, normalmente de color verde, o que se torna parduzca o amarillenta al madurar, en función de la variedad; su pulpa es dura y tiene un sabor muy ácida o astringente cuando aún no está madura, mientras lo hace se ablanda hasta tornarse totalmente dulce. Es una fruta que se encuentra compuesta en su mayoría por agua, aunque destaca en ella su aporte de azúcares, fibra, minerales como el potasio y taninos de acción astringente.

Podemos ver entonces, que la fruta de la PERA teniendo un origen europeo oriental fundamentalmente, fue un fruto que rápidamente y desde muy antiguas épocas gracias a los romanos, se introdujo a su cultivo en los territorios de los actuales países europeos de Italia, España, Portugal y Turquía; países donde curiosamente podemos encontrar en nuestros días a una gran cantidad de personas cuyo apellido es justamente PERA. Es interesante para el estudio del apellido PERA, el poder saber el origen de la fruta que le "presta" su nombre, y su posterior difusión por los diversos territorios del mundo, siendo actualmente cultivada en casi todos los continentes.

Finalmente, como fruta el cultivo de la PERA estuvo íntimamente ligado a las tierras pertenecientes al antiguo Imperio Romano, quizás por ello y como he explicado en la "entrada" anterior, uno de los linajes de la Gens romana Iunius, decidió utilizar el nombre de la fruta PERA, y lo que este conllevaba como Cognomen (término del latín que se puede traducir actualmente como apellido), quizás dicho linaje de los Iunius poseyó cultivos de esta fruta (tal vés una plantación o quizás simplemente tierras donde agrestemente brotaba el peral), y he ahí el por qué tomaron el nombre de PERA como su Cognomen. Como he explicado en la "entrada" anterior, el Cognomen usualmente era atribuido a la persona o linaje dentro de una Gens romana, derivado de alguna característica típica de los mismos, o del antepasado más antiguo al cual se le atribuye la formación ancestral del linaje. Dichas características del antepasado podían basarse en lo físico (Verbi Gratia, Barbatus=con barba); espiritual (Verbi Gratia, Brutus=Torpe); por el tipo de trabajo que realizaba (Verbi Gratia, Rex=rey); por lo que poseía (Verbi Gratia, Gallus=gallos); o por la procedencia (Verbi Gratia, Africanus=Africano). Es por ello, que quizás el ancestro que formó el linaje PERA dentro de la Gens Iunius, utilizó como Cognomen aquello que lo diferenciaba del resto de ramas o linajes de la misma Gens, la PERA; más habiendo transcurrido mas de dos milenios desde que ello tuvo lugar, éstas son sólo posibles explicaciones.

viernes, 2 de mayo de 2008

Los orígenes arcaicos del apellido Pera


Históricamente, la gran mayoría de los apellidos de origen europeo vio brotar sus primeras raíces, como he mencionado en la "entrada" anterior, a partir del Siglo XV de modo generalizado para toda la población europea, pues los de noble casta venían haciendo uso y trasmisión de los mismos legalmente desde el Siglo XI. No obstante ello, como también se ha indicado, no fueron pocos los apellidos que se originaron incluso antes de dichas centurias, siendo la utilización de éstos, como se ha expresado, una prerrogativa esencial de personas de gran linaje, noble cuna o en general de la nobleza. Algunos de estos apellidos o motes perduraron en el tiempo, otros lamentablemente no lo hicieron por múltiples causas; no obstante ello, es imposible el poder siquiera tentar una cifra de la cantidad de apellidos que han desaparecido con el transcurrir de los siglos.

Cuando hablamos de un origen arcaico de apellidos de raíz lingüística europea, nos estamos refiriendo de manera extendida a apellidos que derivan de diversas fuentes lingüísticas dentro de ese continente. Podemos encontrar apellidos de origen galo, frisón, bretón, gascón, escandinavo, germano, eslavo, celta y las tan importantes lenguas de origen itálico, entre ellas: el latín (pre-clásico, clásico y vulgar), las lenguas romance (occidental, oriental y el sardo). Dentro de toda esta gama de posibilidades de origen, en esta "entrada" nos vamos a referir directamente a los apellidos derivados del sistema romano de apellidación. Este sistema, denominado Tria Nomine (tres nombres en latín), fue el que utilizaron los romanos de rancia casta para distinguirse entre los demás nobles, pero mas aún, de los simples mortales que habitaban dichas tierras. Básicamente, la Tria Nomine consistía en un conjunto de tres nombres para poder identificar plenamente a un sujeto dentro del Imperio Romano. Este sistema fue creado para descomponerse en tres secciones:

a) Un Prae-Nomen: éste era el nombre personal, propio o de pila del sujeto. Los Prae-nomen se otorgaban a los neonatos romanos al noveno día de nacidos, y entre los mas utilizados por la aristocracia en Roma, tenemos los siguientes: Marcus, Titus, Quintus, Lucius, Publius, Gaius, Decimus o Gnaeus.
b) Un Nomen o Nomen Gentilicium: éste era el nombre que indicaba la Gens a la cual pertenecía el sujeto. Debemos indicar aquí que la Gens latina (la antigua Roma se dice fue fundada por cien Gens), derivaba directamente del concepto de Gens griega, y tenía un significado mas profundo que los actuales lazos de familia; este era un lazo al mas puro estilo "clánico" (el término Clan deriva del idioma gaélico irlandés Clainne donde el Kuning o Rey era el jefe de la organización al estilo tribal), y que derivaba de estructuras sociales protorománicas, pues deriva de una costumbre directa de la oligarquía mas noble del pueblo Etrusco; y por ende, la totalidad de personas que descendían de un mismo tronco u origen sanguíneo, conformaban un mismo Clan o Gens, el mismo que tenía una importancia capital dentro de la sociedad Romana debido a que existía una concepción jurídica y religiosa que hacía que no se concibiera al individuo como sujeto de derecho, sino como miembro de una Gens. Es por ello, que por ejemplo los bienes patrimoniales no pertenecían a una persona en concreto sino a la Gens, la cual era liderada por el Pater familias (en castellano, Padre de familia). El término Gens a su vez, está emparentado con el término latino Genus, que indica estirpe o género; y en ambos casos derivan de la voz griega Gené que significa origen. En castellano, la palabra Gens ha sido traducida como Gen, y de este término derivan palabras como genética, genealogía o génesis, todo lo cual refiere al origen de la persona. Entre las Gens Romanas mas famosas estuvieron: los Iulii, Aemilii, Claudii, Iunii, Cornelii, Sempronii, Fabii, Servilii, Aurelii, etc. (el sufijo -ii indicaba el plural del sufijo latino -ius). Debo indicar aquí, que diez Gens componían a su vez una Curia o Fatria, y que diez de estas últimas, componían una Civitas o ciudad.
c) Un Cog-Nomen: éste era un sobrenombre o apodo relacionado con las características personales, físicas o espirituales que identificaban y diferenciaban al individuo entre las personas con mismo nombre de su propio clan, recordemos que los romanos no fueron ajenos a la costumbre socialmente generalizada en casi todas las culturas del mundo las cuales ostentan una estructura de poder y de gobierno patriarcal, de imponer al hijo varón igual o muy similar nombre que el del Pater (en castellano, Padre) del vástago.

Verbi gratia del Sistema de la Tria Nomine es el siguiente: Lucius Furius Medullinus, según este sistema Lucius es el nombre propio del sujeto, Furius el nombre de su Gens, y Medullinus la caracteristica personal para diferenciarlo de los demás sujetos con igual Prea nomen y Nomen en su Gens.

Junto a esta Tria Nomine, algunos de los ciudadanos romanos de las mas altas esferas de la sociedad y política romana, los cuales pretendían aún una mayor diferenciación del resto de sus congéneres, añadían un cuarto término a su nombre, conocido este como Agnomen (Ag-Nomen), el cual era un elemento de identificación mas preciso aún que el Cognomen, pero que tal cual este, también distinguía al sujeto en base a sus características personales. Verbi gratia, Lucius Pinarius Mamercinus Rufus, aquí el Agnomen Rufus destacaba todavía más a éste sujeto dentro de la socio-política romana, y a través de su uso, la persona lograba el objetivo final del nombre: diferenciar y permitir ubicar perfectamente a un individuo, dentro de una ciudad de miles de habitantes. Se debe tener muy en cuenta por tal, que desde aquellas lejanas épocas el portar un nombre y apellidos extensos siempre han permitido al sujeto posicionarse (aunque sea sólo en cuanto al nombre) por encima de los demás de su clase, pues como se piensa, mientras mas largo y rimbombante es el nombre del sujeto, mas rango social supuestamente tiene éste.

Poco a poco la población de Roma se fue haciendo mas numerosa, por lo que como era de esperarse, fue cada vez más común que se diera la homonimia, lo que generaba mas que un grave problema (como lo es hasta la actualidad). Para evitar confusiones, la población romana empezó a utilizar mas asiduamente apodos, motes o sobrenombres, y estos con el pasar del tiempo, se volvieron hereditarios. Estos sobrenombres adquirieron con el tiempo la formalidad legal, y constituyó lo que se denominó el Cognomen. Los Cognomen evolucionaron así, a partir de apodos o sobrenombres para distinguir a las diversas ramas que podía tener una misma Gens. El Cognomen solucionó entonces el grave problema que con el paso de los siglos se dio, por ejemplo en cuanto a los parentescos y homonimias entre miembros de una misma Gens. Un ejemplo de ello es la Gens Cornelius (Cornelii), la cual se componía por diversas ramas entre las que destacaban la de los Scipiones, de los Sullae, los Lentuli y los Cinnae, todas estas ramas de los Cornelius se imputaban una relación de parentesco muy antigua, la cual podía remontarse a un ancestro en común que vivió varios siglos atrás. Los Cognomen se utilizaron primero entre las Gens patricias muy numerosas en las que era necesario distinguir entre sus múltiples miembros y ramas, mas con el tiempo este uso se fue extendiendo cada vez más entre los ciudadanos romanos, hasta que en el siglo primero antes de Cristo, casi todas las personas con vida pública en Roma, portaban un propio Cognomen.

Con el paso de los siglos, la utilización de la Tria Nomine se fue perdiendo, hasta que en el Siglo V d.C., este sistema fue simplificado y las familias tuvieron que elegir entre utilizar como único apellido entre el Nomen o el Cognomen (y de ser el caso, incluso el Agnomen), siendo que en algunos casos prevaleció el primero, y en otros el segundo, para quedar fijo y ser legado de generación en generación como el apellido (según como lo concebimos actualmente) de la familia, como parece ser que ocurrió en el caso del Cognomen PERA.

En atención a lo antes señalado, puedo indicar que el Cognomen (en latín apellido) PERA puede encontrarse desde tiempos muy antiguos, más concretamente, el mismo se halla reseñado ya en el año 266 antes de Cristo, cuando Decimus Iunius PERA fue nombrado Cónsul del Imperio Romano para el ejercicio de dicho cargo por ese año. Posteriormente, en el año 230 a.C., otro insigne personaje de dicho linaje, Marcus Iunius PERA (hermano del anterior), también fue nombrado para ejercer como Cónsul de Roma. Es así, que encontramos que en textos muy antiguos y de singular trascendencia, como el libro Ab Urbe Condita Libri del historiador romano Titus Livius (59 a.C. - 17 a.C.), se hace mención expresa de este linaje en el Libro XXII - 14. "Ceterum haec, ut in secundis rebus, segniter otioseque gesta; Romanos praeter insitam industriam animis fortuna etiam cunctari prohibebat. Nam nec consul ulli rei quae per eum agenda esset deerat, et dictator Marcus Iunius PERA, rebus diuinis perfectis latoque, ut solet, ad populum ut equum escendere liceret, praeter duas urbanas legiones quae principio anni a consulibus conscriptae fuerant et seruorum dilectum cohortesque ex agro Piceno et Gallico collectas, ad ultimum prope desperatae rei publicae auxilium—cum honesta utilibus cedunt—descendit edixitque qui capitalem fraudem ausi quique pecuniae iudicati in uinculis essent, qui eorum apud se milites fierent, eos noxa pecuniaque sese exsolui iussurum (...)".

Pero, ¿Quiénes eran estos famosos personajes de la historia política romana primeros portadores del Cognomen (apellido) PERA en tan pretéritos tiempos? Ambos citados personajes, Decimus Iunius PERA y Marcus Iunius PERA, fueron hijos del no menos célebre aristócrata Iunius Brutus PERA, quien además fue también Cónsul romano en el año 292 a.C. y descendiente directo de uno de los fundadores de la República Romana.

Existe referencia expresa a esta noble familia romana, de antiguo linaje etrusco, en el Diccionario de biografía y mitología griega y romana de William Smith (libro compendio del Siglo XIX que fue todo un clásico para la enseñanza escolar de la historia antigua de griegos y romanos en el Reino Unido y diversos países del mundo). En dicha obra monumental, pues cuenta con 3,700 páginas, se indica lo siguiente:
"PERA, el nombre de una familia de la Gens Junia.
1. Decimus Junius. D. F. D. N. PERA, fue un cónsul 266 a. C., con N. Fabius Pictor, y triunfó dos veces en ese año, la primera vez sobre los Sassinos (actuales habitantes del pueblo italiano de Sarsinia, Prov. de Forli-Cesena, Región de Emilia-Romagna, al norte de Italia), y la segunda vez sobre los Sallentini y Messapii (actuales habitantes de la Región de Puglia, al sur de Italia originarios ancestralmente de Iliria). El fue censor en 253 a.C., con L. Postumius Megellus (Fasti Capit.)
2. Marcus Junius D. P. D. N. PERA, hermano del precedente, fue cónsul 230 a.C. con M. Aemiliua Barbula, censor 225 a.C. con Claudius Centho, y dictador 216 a.C. después de la fatal batalla de Cannae. Para crear soldados el armó no sólo a esclavos, sino también a criminales (Fasti Capit.; Liv. xxii. 57, 59, xxiii. 14.)".
(Ref. http://www.ancientlibrary.com/smith-bio/2518.html).

La historia cuenta que a la muerte del padre de ambos personajes, Iunius Brutus PERA, acaecida en el año 264 a.C., los hijos de este famoso y distinguido noble romano, Decimus y Marcus, decidieron rendirle un homenaje a la memoria de su fallecido padre, hallándo como mejor forma de lograrlo, el ofrecer un espectáculo que hasta aquel momento únicamente había sido visto por la mas añeja nobleza estrusca; ambos decidieron conmemorar la muerte de su padre retomando un viejo espectáculo estrusco conocido como la Munera (Munera refiere al término latín Munus cuyo plural lo configura el término Munera, que a su vez significa "ofrecido"). Ésta consistía en la lucha que debían llevar acabo en ese momento improvisados gladiadores (se afirma que aquellos primeros luchadores fueron esclavos), quienes debían morir con honor, luchando en combate cuerpo a cuerpo en la arena. Ese espectáculo es conocido como la primera Munera de la historia del Imperio Romano y cimiento de lo que luego llegaría a ser en Roma "los juegos romanos", y para los cuales se edificó el famoso Coliseo Romano. Esta primera lucha fue efectuada en el Forum Boarium (esta era una plaza de la antigua Roma, ubicada en el punto en el que confluían los caminos que atravesaban el valle de río Tíber, y aquellos que conectaban Etruria con Campania, ambas zonas dominadas por los etruscos y los griegos respectivamente; éste era el lugar en el que se producía el comercio de animales, además de fungir como espacio para las carreras de cuadrigas y para la cacería de bestias salvajes), con la participación de tres pares de gladiadores, con lo que Decimus y Marcus honraron la memoria de su padre con juegos funerales, tal como mandaba la costumbre etrusca del ritual de los sacrifícios humanos para honrar la muerte del ser querido.

En ese sentido, la Munera llegó a tener con los años una alta significancia en el mundo romano, pues expresó los rituales de la clase aristocrática del mundo itálico; no sólo fueron las ceremonias religiosas, sino se convirtieron en una exhibición de poder y prestigio familiar, y muy pronto estas fueron inmensamente populares. Su número se incrementó muy rápidamente, también por razones políticas. Los ciudadanos ricos quienes esperaban conseguir el favor y los votos de los plebeyos, los cuales ostentaban votos decisivos para las carreras públicas de los diversos personajes, comenzaron ofreciendo juegos. En Roma la organización de los juegos fue confiada a los magistrados, llamados curatores. La organización práctica (podríamos decir producción) de los espectáculos fue confiada a un redactor, quien contactaba al lanista (el propietario de los colegios de gladiadores) y anunciaba el programa.
(Ref. http://www.thecolosseum.net/games/munera.htm).

Es así que los primeros juegos de gladiadores, que luego tendrían tanto éxito en el mundo romano incluso llegando a tener capital importancia pues a través de ellos se celebraba y rendía homenaje los mas relevantes acontecimientos y aniversarios de la historia romana, fueron instaurados por los hermanos Decimus y Marcus Iunius PERA; fue la familia PERA de la Gens Iunius la que por primera vez mostró a los ciudadanos de la antigua Roma, algo que había sido una antigua costumbre etrusca, rendirle homenaje a la memoria de sus muertos por medio de los juegos de gladiadores; los mismos que se hicieron tan populares con el paso del tiempo, que no había político romano que no los utilizara como medio para agradar a la masa, y acceder con ello a los diferentes cargos y estamentos de la política, sociedad y milicia romana. Si hay algo que todo el mundo reconoce de los antiguos romanos, es su predilección por los juegos festivos, la devoción del pueblo romano por estos juegos fue tal, que se construyó la edificación que por muchos siglos fue la epítome del Imperio, el Coliseo Romano (construido como Anfiteatro Flavio, fundado en el año 80 d.C. por el Emperador Tito para el entretenimiento de 50 mil personas, con 189 metros de largo por 156 de ancho, y de 48 metros de altura); cuna de la muerte de numerosos gladiadores y comunes mortales, pero también símbolo máximo de la diversión y el espíritu de los habitantes de Roma. Y la primera piedra, el cimiento primigenio que trajo los juegos al Imperio (luego de lo cual juegos y Roma serían términos inseparables), nació de la honra a la muerte de uno de los Cónsules del mas noble y puro linaje etrusco, Iunius Brutus PERA. En su honor, sus hijos celebraron los primeros juegos, y desde allí en adelante, estos marcaron la historia del Imperio Romano: ¡Panem et circenses! (en castellano, ¡Pan y Circo!), fue la frase que resumió aquel espectáculo.

Referencia a todo lo precedente, se puede hallar en las siguientes páginas web:
http://www.susqu.edu/history/webprojects/spectacles/2007/stewart.htm
http://www.exn.ca/rome/gladiator.htm
http://www.bbc.co.uk/history/ancient/romans/gladiators_01.shtml
http://library.thinkquest.org/05aug/01963/gladiators.htm
http://library.thinkquest.org/05aug/01963/timeline_of_the_colosseum.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Cónsules_romanos_(Período_Republicano)

Iunius (Iunii), fue el Nomen que diferenciaba a la Gens Junius, la misma que fue una importante y muy antigua familia de patricios, de rancio linaje etrusco, la cual se posicionó como una de las Gens más aristocráticas de la antigua Roma. La Gens Iunius, tuvo muchos insignes miembros entre sus diversas ramas, pero los mas recordados son los descendientes de la rama Brutus (y no necesariamente por buenas razones). Es relevante mencionar, que según se reconoce, el Cognomen o rama de los Iunius más antiguo fue Brutus (Bruto), siendo Lucius Junius Brutus uno de los personajes lejendarios de aquella rama, el mismo que es considerado uno de los fundadores de la República Romana, y quien se hizo pasar por discapacitado mental (he ahí el por qué la utilización del término brutus en latín para designar a las personas con escasa capacidad mental) para poder conspirar mas fácilmente contra el último Rey de Roma, su primo Lucius Tarquinius Superbus, teniendo éxito para luego de lo cual expulsó del territorio Romano, contando con la aprobación del pueblo, a toda la Familia Tarquinius (en el año 509 a.C.). Tiempo después, varios familiares de Lucius Junius Brutus planearon su derrocamiento, no obstante ello, la conspiración fracasó y él mismo dio la orden para que sus familiares traicioneros fueran ejecutados, la dura medida incluyó a sus dos hijos Titus y Tiberius. Un descendiente de Lucius Junius Brutus, aunque lejano, fue el fiel republicano Marcus Junius Brutus (mas conocido como simplemente Brutus), personaje que adquirió celebridad por ser uno de los asesinos del General Gaius Iulius Caesar, quien pensaba reinstalar la monarquía en Roma.
(Ref. http://209.85.165.104/search?q=cache:wv3eMXCLG6IJ:e-historia.es/historia/historia-de-roma-los-nombres-romanos-primera-parte+gens+junio+de+roma&hl=es&ct=clnk&cd=2&gl=pe).

La Gens Iunius tuvo muchas ramas, todas estas familias fueron patricias y aristocráticas en Roma, las mismas dieron a ilustres e importantes personajes al Imperio a lo largo de su historia, sobre todo para la política y milicia romana. Entre las diversas ramas de la Gens Iunius estuvieron las siguientes: Bubulci, Bruti, Gracchani, Norbani, Paciaeci, Penni, PERA, Pulli y Silani.
http://www.ancientlibrary.com/smith-bio/1766.html

Como he mencionado, la familia PERA de la Gens Iunius (Junio), tuvo entre sus filas a tres insignes personajes de la política Romana, tales como Iunius Brutus PERA (Cónsul en el año 292 a.C.), y sus hijos Décimus Iunius PERA (Cónsul en el 266 a.C. y Censor en el año 253 a.C.) y Marcus Iunius PERA (Cónsul en el 230 a.C., Censor en el año 225 a.C. y último Dictador Romano en el año 216 a.C.). Esta fue una familia perteneciente a la Gens Iunius o Junio, la cual brindó a muchos importantes dirigentes en casi todas las ramas de la política romana. Como se ha indicado, PERA viene a ser uno de los Cognomen de los varios que utilizaron las diversas "ramas" de la Gens Iunius. Es así, que podría decirse que bajo el Clan o la Gens Iunius, los portadores de los diferentes Cognomen (Bubulci, Bruti, Gracchani, Norbani, Paciaeci, Penni, PERA, Pulli y Silani), a través de la utilización del Nomen Iunius, se imputaban asimismos, el ser todos descendientes de un único tronco familiar o sanguíneo en tiempos antiguos, los Iunius. Ello subsistió como se ha descrito, hasta el Siglo V d.C., pues a partir de dicha centuria Nomen o Cognomen se "fusionaron" (por medio de la supresión de alguno de los dos para que los sujetos pasen a portar, como es la costumbre hasta la actualidad, un sólo nombre propio o de pila y un apellido) para simplificar los nombres romanos, es muy probable que la rama PERA de la Gens Iunius, optara por mantener el Cognomen PERA y no el Nomen Iunius, entre otras cosas quizás porque otra rama de la Gens ya había optado por utilizar como apellido el Nomen Iunius, o porque tal ves encontrarían una mayor diferenciación o identificación mas rápida y específica a través del uso del Cognomen PERA. Sin embargo, todas estas son únicamente suposiciones, pues el único hecho concreto es que la rama PERA de la Gens Iunius, decidió en algún momento posterior al Siglo V d.C. utilizar en adelante como apellido de la familia únicamente el Cognomen PERA. Y hasta la actualidad se mantiene así.

Cabe resaltarse, que sobre Decimus Iunius PERA, se detalla en la obra Fasti Triumphiales publicada en el año 12 a.C. se detalla una lista de todos los triunfos Romanos desde la formación misma de Roma hasta la caida de la misma durante el reino de Augustus, esta lista es preservada como parte de una larga inscrpción, los Fasti Capitolini, la cual es hoy exhibida en el Museo del Capitolio en Roma-Italia. En dicha obra, se reseña lo siguiente sobre las victorias militares de Decimus Iunius PERA:
-266/5 D. Junius D.f. D.n. PERA, consul, over the Sassinates, 5 k.Oct. (26th September)
Se traduce: en el año 266 a.C. Decimus Iunius PERA, Cónsul, sobre los Sarsinos -habitantes de un pueblo de la actual Umbria- el 26 de Setiembre.
-266/5 D. Junius D.f. D.n. PERA (II), consul, over the Sallentini and Messapii, non.Feb. (5th February)
Se traduce: en el año 266 a.C. Decimus Iunius PERA (celebrando su II triunfo), Cónsul, sobre los Sallentinos y Messapii- habitantes de dos antiguas tribus de la actual Calabria- el 5 de Febrero. (Ref. http://www.attalus.org/translate/fasti.html)
Decimus Iunius PERA, ostentó además el cargo de Censor Romano en el año 253 a.C.

Incidiendo mas en aquella pretérita familia PERA, las mayores referencias que se pueden hallar, son respecto a Marcus Iunius PERA. De él, se dice que fue un político y militar romano durante la Segunda Guerra Púnica (ésta fue la mas famosa de las tres batallas o Guerras Púnicas, que enfrentaron a las dos potencias que en aquella época -de la Declaración de guerra de Roma en 219 a.C., al 201 a.C., fecha en la que se acordaron los términos de rendición de Cártago- dominaban y luchaban por obtener la supremacía en el Mar Mediterráneo y sus costas, Roma y Cartago). Fue, tal como su hermano mayor Decimus, Censor Romano en el año 225 a.C. Además, fue nombrado como el último dictador romano en 216 a.C, rei garendae causa (así se denominaba a los Dictadores que llevaban los negocios del estado romano), con el propósito de repeler la invasión cartaginesa a Roma por las fuerzas del temido Aníbal Barca, o conocido simplemente como Aníbal.

Marcus Iunius PERA, fue el único dictador que ocupó el cargo de forma simultánea con otro dictador, Marcus Fabius Buteo, que fue nombrado como tal más tarde en ese mismo año, para resolver ciertos temas constitucionales en Roma; esta excepción se tuvo que hacer después de la Batalla de Cannae, para que Marcus Fabius Buteo, llenase las vacancias en el Senado Romano, aunque Marcus Junius PERA mantuvo el ejercicio de los deberes regulares del cargo de Dictador. No obstante, ante tal situación, M. Fabius Buteo se mostró débil y dimitió el mismo día de su nombramiento, aduciendo que en Roma no podían haber dos dictadores al mismo tiempo. Es de tener en cuenta, que además aquella fue la última ocasión en la que se nombró a un Dictador rei gerundae causa, pues desde el año 202 a.C., la dictadura desapareció en Roma, siendo reemplazada por el Senatus Consultum Ultimum, que se encontraba facultado en casos de emergencia, a autorizar a los dos cónsules mandantes a tomar cualquier acción necesaria para defender la integridad República romana. (Ref. Livy. Ab Urbe Condita, XXII. lvii and XXIII.xxiii.)

Siendo uno de los Cónsules romanos Marcus Iunius PERA, sucedió un hecho de singular relevancia, en el año 230 a.C. Roma envió a dos embajadores, Cayo y Lucio Coruncanio, a que parlamentaran con la Reina Teuta (madre, tutora y regenta del rey de Dalmacia, el pequeño Pinéo que había sucedido a su padre tras la muerte de éste). Básicamente, los embajadores romanos llevaban ante la Reina Teuta los reclamos del Imperio Romano por la gran cantidad de piratería que hacían los corsarios iliricos en las costas del Mar Adrático y de Grecia, y pretendían con ello lograr el cese de estos actos de pillaje. Ante ello, la Reina respondió a los embajadores que el reino de Iliria no enviaba a sujetos a efectuar actos de piratería en las poblaciones romanas, pero que no era costumbre de los Reyes de Iliria prohibir a sus vasallos que salieran a piratear por la utilidad de lo mismo. Ante ello, el mas joven de los enviados romanos replicó a la Reina: "Señora: entre nosotros, una de nuestras mas bellas costumbres es la de vengar en común los daños, que se hacen a los particulares; y haremos de modo, si Dios quiere, que reformeis en breve las costumbres de los Reyes de Iliria". Teuta, Reina soberbia y violenta, hizo inmediatamente perseguir y matar a los embajadores y a parte de su comitiva, puso en prisión a los restantes y su furor fue tal, que hizo quemar a los conductores de las embarcaciones romanas que los habían llevado hasta ahí. Ambos Cónsules Romanos, entre ellos Marcus Iunius PERA, le declararon, apenas se enteraron de lo sucedido, la guerra en todos los sentidos a Teuta y a los ilirios, después de honrar la memoria de los embajadores difuntos. La misma Reina viéndose en tremendo lío y peligro, mando a decir a los Romanos que restituiría a todos los presos, y que los ilirios habían cometido dichos actos sin su consentimiento. Roma se contentó por el momento con ello, y sólo pidió que les enviasen a los autores del homicidio, suspendiendo la partida de sus tropas. No obstante, pasó cierto tiempo en el cual Teuta cambió de parecer, y no quiso entregar a los homicidas, haciendo que en el acto partieran sus tropas al sitio de Issa.
(Ref. Francisco Xavier de Villanueva. Historia antigua de los egipcios, de los asirios, de los babilonios, de los medos, y de los persas, de los macedonios, de los griegos, de los cartagineses y de los romanos. Madrid, 1759.)

Aquí cabe mencionarse lo que ofrecía en términos de poder político la calidad de Dictador, Cónsul y Censor a la persona que detentaba dichos cargos en Roma, como fue el caso de Marcus Iunius PERA, y de Decimus Iunius PERA en los dos últimos.

La dictadura era una magistratura militar que el Senado romano otorgaba excepcionalmente y ante situaciones de extrema necesidad a una determinada persona. El Dictador era así, el máximo jefe del ejército romano, y su poder se encontraba por encima de las funciones de los cónsules, y del propio Senado que lo había nombrado. Su mandato tenía una duración de seis meses.

El Consulado, era la mayor magistratura romana y la máxima aspiración por tal, de todo ciudadano romano. Los cónsules eran elegidos todos los años para un madato co-ejercido, pues se elegían a dos personas, estableciéndose que quien tuviese mayor cantidad de votos, ejercería como Cónsul Senior, mientras que el siguiente ejercería como Cónsul Junior; no obstante ello, a efectos reales y prácticos, se turnaban diariamente las funciones específicas de uno y otro estamento del cargo. Sus funciones podrían compararse en la actualidad, con las de un Jefe de Estado, pues presidían las sesiones del Senado romano, presentaban al mismo proyectos de ley y eran los jefes supremos del ejército. Mientras se mantuvo la República en Roma, el ejercicio del mandato de Cónsul se turnaba; mas luego de cumplido el mismo, y si así lo deseaba y conseguía el apoyo necesario, un ex-cónsul podía convertirse en pro-cónsul, cargo con el que se le adjudicaba una provincia romana para que la regentara por el espacio de un año prorrogable a otro mas por el propio Senado. Siendo ex-cónsul, únicamente se podía volver a presentar una candidatura diez años luego de transcurrido su mandato anterior; además, para presentarse como candidato, el sujeto debía contar con al menos 42 años cumplidos para el momento de la elección.

El Censor, era la magistratura ordinaria mayor la cual suponía en la Antigua Roma la culminación de una carrera política existosa llamada Cursus Honorum. Llegar a ostentar dicho cargo político, otorgaba a quien lo poseyera la categoría de ser uno de los primeros o mas importantes hombres de todo el Imperio Romano. El Censor era el más alto magistrado, mas no tenía imperium por lo que no podía llevar la escolta de los lictores. Para poder candidatear y ser Censor, el individuo debía necesariamente haber ostentado previamente el cargo de Cónsul romano, y únicamente aquellos personajes que tenían una enorme Auctoritas (autoridad) y Dignitas se atrevían a ser candidatos (la Dignitas era una condición especial del sujeto, la cual la persona tenía cuando había mostrado una alta moral y ética a lo largo de toda su vida, por lo que se había "ganado" el derecho a ser tratado de modo especial; era un valor único que poseían muy pocos nobles romanos y que por tal, se defendía a ultranza, e incluso de ser necesario para preservar este título se lidiaba con el suicidio, con la aceptación de un exilio o la ejecución de la propia esposa e hijos). La eleción era de dos censores, quienes ejercerían un mandato por el lapso de tiempo de cinco años. Hasta el año 403 d.C., la magistratura censorial correspondió exclusivamente a los individuos patricios, pudiendo después de dicho año ser ejercida por plebeyos o patricios indistintamente.

Referencia a todo lo precedente, se puede hallar en las siguientes páginas web:
http://ancientrome.ru/gosudar/consul.html
http://www.friesian.com/rome.htm
http://www.historialago.com/leg_01500_cursus_honorum_01.htm
http://enciclopedia.us.es/index.php/Censor_(Roma_Antigua)
http://es.wikipedia.org/wiki/Censor_romano

Finalmente, puedo decir que a través de este breve recuento y reseña de esta rama de la Gens Iunius, la Familia PERA, es que se puede tener un conocimiento certero y fehaciente que el término PERA se ha utilizado como apellido (Cognomen en la antigua Roma) incluso desde antes del año 230 a.C., y que como podemos apreciar, es un apellido que perdura en el tiempo. No desapareció con la simplificación de nombres hecha en el Imperio Romano en el Siglo V d.C., tampoco lo hizo con los múltiples cambios lingüísticos que sufrió a lo largo de su historia dicho Imperio, ni con el paso de los años y las generaciones, y es por ello, que podemos hallarlo tal como cualquier apellido de mas novel creación, entre personas de procedencia principalmente italiana y española. El Cognomen PERA se encuentra hoy mas vivo que nunca, perdurando por mas de 2200 años, y tengo la plena certeza que si el célebre Iunius Brutus PERA, y sus insignes hijos Decimus y Marcus Iunius PERA volviesen a la vida, estarían orgullosos que su Cognomen, su rama y linaje dentro de la Gens Iunius, aún sea portado como apellido por algunos cientos de personas en diferentes lugares del mundo.


 

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